Jóvenes, testigos del Señor como «terapia de choque»
El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, anima a los jóvenes a «caminar juntos» en un encuentro para discernir cómo evangelizar
Convocados por la Delegación de Jóvenes, jóvenes de Madrid mantuvieron el pasado sábado, 10 de abril, un encuentro que, con el lema Descifrando la Juventud, se centró en el discernimiento de modos creativos y audaces para seguir anunciando a Jesucristo. Para ello, entre otras cosas, «hay que actualizar las actividades de la pastoral juvenil, porque el mundo va cambiando, y nosotros no somos los mismos que los jóvenes de hace 20 años». Lo explica Emma Erdozain, una de las participantes, que expone también algunos puntos tratados: que no se deje fuera de las actividades a las congregaciones religiosas, «las monjas son una parte fundamental de la Iglesia»; la necesidad de profundizar en la formación; que realmente se cuente con la voz de los jóvenes «y no se nos use solo para que un evento de Iglesia quede bonito»; y la acogida de las personas LGTBI, «¡por fin salió este tema!».
A la cita acudieron también sacerdotes –«jóvenes», recalca Erdozain– responsables y representantes de otras delegaciones de la diócesis como Familia, Catequesis, Misiones o Cáritas, y vicarios como José Luis Segovia, de Desarrollo Humano Integral y la Innovación. «Un evento destinado a nosotros», indica la joven, que también fue, en palabras de Laura Moreno, delegada diocesana de Jóvenes, una muestra de sinodalidad. «Todos somos enviados y lo hacemos en comunidad», asegura la delegada, y por eso habla de ser «cenáculo: nos inspiramos, nos apoyamos y nos reconocemos en la diversidad», y esto a los jóvenes «también les da un sentido de pertenencia».
En esta misma línea se expresó el obispo auxiliar José Cobo. En un tiempo en el que «los jóvenes perciben que la sociedad no cuenta con ellos, ni siquiera para las vacunas», describió, hay que estar «en la misma barca», «remar juntos» y no mirarse a uno mismo. «Quizá lo que hay que hacer es reconocer al que está en la orilla», afirmó.
También quiso estar presente el cardenal Carlos Osoro, al que, tal y como reconoce Erdozain, los jóvenes sienten muy cercano. «Siempre nos da palabras de aliento y nos anima a ser jóvenes no de balconear, como dice el Papa». El arzobispo les habló de «caminar juntos», esencial para llevar a cabo una «terapia de choque» como la que hizo Jesús con Tomás para, aseguró, arreglarle la vida –«mete tu mano en mi costado…»–. «La gran terapia de choque –reveló– es ser testigos del Señor con todas las consecuencias».