Ternura, clave de la comunicación vaticana con Francisco
Andrea Tornielli fue, durante años, uno de los periodistas vaticanistas más destacados a nivel internacional. Su nombre llegó a ser sinónimo de información confiable sobre la Santa Sede y los asuntos eclesiásticos en general. En diciembre pasado, el Papa lo convocó a sumarse como director editorial al Dicasterio de la Comunicación de la Santa Sede. Un puesto clave en la reforma emprendida por Francisco a los medios informativos vaticanos. El próximo 11 de junio, estará en Madrid para participar en la presentación del nuevo libro de Eva Fernández titulado El Papa de la ternura. En entrevista con Alfa y Omega habla sobre su nuevo papel y explica desde dentro cómo avanza la reforma
El Papa aseguró que existe una palabra que está por «caerse del diccionario porque todo el mundo le tiene miedo: la ternura». ¿Es difícil comunicarla?
En realidad no es difícil, porque el Papa comunica muy bien esta actitud con su testimonio personal en sus encuentros diarios. Creo que la gente esto lo percibe muy bien, y los que colaboramos con él debemos aprender esta actitud, que es consecuencia de una fe verdaderamente vivida y encarnada: ternura significa cercanía, una mirada al otro –cualquiera sea su historia y situación– de amistad y acogida. La ternura es el testimonio del abrazo de Dios que nos primerea, como dice Francisco, y que nos ama antes de juzgarnos. Es la actitud de Jesús que aprendemos en el Evangelio.
Esas palabras del Papa parecen a ir contracorriente de una realidad actual que privilegia –sobre todo en los medios de comunicación– la división, el enfrentamiento o la violencia. ¿Cómo superar ese contexto negativo y lograr que el mensaje llegue a las personas?
La división, el enfrentamiento y la violencia —aunque sea solo verbal, pero lo mismo destructora— son características de los tiempos que vivimos. En esta realidad, una buena parte de la responsabilidad es de quienes usan las redes sociales para atacar, sin respeto ni caridad. En la época de la simplificación, de los esloganes, del enfrentamiento, creo que el testimonio de un cristiano no debe ser involucrarse en esta dialéctica, meterse en las polémicas participando en las batallas, muchas veces contra hermanos y hermanas de la misma fe. Creo que el mensaje puede llegar a las personas si los cristianos hablan de una manera totalmente diferente: ¡Hay tantas historias escondidas de bien que esperan testigos y comunicadores que las puedan compartir!
¿Por qué se puede decir que Francisco es El Papa de la ternura, como afirma Eva Fernández en su libro?
Porque desde el primer día de su pontificado, con su actitud, ha dado un testimonio de cercanía que la gente entiende muy bien. Es su característica: en sus palabras, sus documentos, sus encíclicas, el mensaje pasa por su mirada, por su ternura, por su acercamiento a las personas, en especial a los últimos y a los pobres. El libro de Eva Fernández es un gran regalo porque habla de las historias de las personas que el Papa encontró y abrazó.
Tú has sido, durante muchos años, uno de los vaticanistas más destacados. ¿Cómo ha sido el cambio de rol que aceptaste hace pocos meses? ¿Te ha pedido el Papa algo en especial?
El Papa no me ha pedido nada de especial. Fue un cambio muy significativo en mi vida, por la responsabilidad que ahora tengo, pero mi trabajo sigue siendo periodístico, en una realidad, como es la de los medios de comunicación del Vaticano, que tiene una historia destacada y grande. Estoy al servicio de esta realidad.
El puesto de director editorial del Dicasterio de la Comunicación en la Santa Sede no existía antes y te ha tocado ser el primero en ocupar ese lugar. ¿Cuál es la misión?
El puesto fue creado con la reforma de los medios de comunicación del Vaticano decidida por el Papa en 2015 con el objetivo de coordinar —desde un punto de vista editorial— la Radio Vaticana y el portal Vatican News, que ahora son una misma realidad con una gran riqueza y variedad informativa; el diario L’Osservatore Romano, y la Libreria Editrice Vaticana. La misión es cumplir la reforma iniciada llegando a una mayor sinergia y a una más efectiva coordinación de todos los medios. Todo esto intentando hacer buen periodismo, en sintonía con la mirada del Papa y de la Santa Sede sobre los problemas del mundo.
¿Qué objetivos te has planteado?
Me gustaría ayudar a construir un ambiente de trabajo lo más bueno y colaborativo posible. Las buenas relaciones humanas son fundamentales en cualquier comunidad de trabajo, pero lo son aún más en una comunidad de trabajo como la de los medios de comunicación del Vaticano. Por otra parte, quisiera ayudar a fortalecer aún más el producto periodístico, en todas su formas de expresión (voz, vídeo, texto). Aquí existe un potencial impresionante, porque se encuentran personas de países de todo el mundo. Me gustaría, cada vez más, poder ayudar no solo a comunicar bien y de una manera profesional al Papa y la Santa Sede, sino también a las diferentes realidades de la Iglesia en el mundo.
En los meses pasados se ha visto una estrategia mucho más activa de la comunicación vaticana para explicar a fondo las decisiones del Papa, un ejercicio que has protagonizado en primera persona. ¿El pontificado necesitaba un relato oficial?
No creo que Francisco necesite de nada nuevo para comunicar, porque lo hace él mismo, y muy bien. Lo que hemos intentado hacer, con el equipo del Dicasterio encabezado por el Prefecto Paolo Ruffini, es simplemente ayudar a los comunicadores. Está claro que un discurso del Papa no necesita ninguna ayuda para ser comprendido, pero tal vez unos documentos técnicos —como el motu proprio Vos estis lux mundi sobre el tema de los abusos— necesitan un poco de contexto, unas explicaciones técnicas. ¡No todos somos expertos de derecho canónico! Por ejemplo, otra ayuda a los comunicadores puede ser la síntesis de un documento mucho más largo. Pero quisiera decir que no hemos inventado nada, porque estas cosas ya se han hecho: por ejemplo, hace diez años, cuán útil fue para mi trabajo la síntesis razonada que hizo el padre Lombardi de la carta de Benedicto XVI a los católicos de China.
Tras tu nombramiento, el de Andrea Monda como director de L’Osservatore Romano y Alessandro Gisotti como director interino de la Sala de Prensa, ¿el equipo está completo? ¿Se esperan más cambios?
Todavía falta el vicedirector de la Sala de Prensa de la Santa Sede.
¿Cómo es el método de trabajo que se utiliza en el día a día?
Intentamos trabajar en conjunto y ayudarnos cada día compartiendo ideas y informaciones, sin protagonismo.
¿Cómo continúa la reforma de la comunicación de la Santa Sede?
Completar la sinergia de todos los medios, añadiendo el L’Osservatore Romano al equipo, e intentando ofrecer un servicio informativo y periodístico cada vez más completo, profesional y rápido; es decir, adecuado a los tiempos que vivimos.