«¡Tengo ganas de campamento!»
Para Gloria y Julia, ir de campamento con los amigos de sus grupos scout era una parte fundamental del verano. Este año aún no saben si podrán hacerlo
Julia tenía un planazo para estas vacaciones. Esta niña de 14 años de Arganda del Rey (Madrid) estaba organizando, con sus compañeros de exploradores del grupo scout San Gabriel, un campamento con exploradores y rangers (la rama de 12 a 14 años) de otros grupos. En cuanto empezó el confinamiento decidieron cancelarlo. «Me quedé un poco chafada porque soy muy sociable, me gusta mucho hacer amigos. Me apetecía estar con gente de otros grupos, con ellos me siento más comprendida».
En su grupo, como en casi todos los de scouts y otros movimientos de España, aún no saben qué harán este verano. Santiago, del Movimiento Scout Católico (MSC), nos explica que es muy difícil que puedan organizarse con tiempo. Todavía no está claro cuándo se podrá salir de la provincia o dónde se podrá ir. Además, se habla de normas como que solo podrán estar juntas diez personas, y dormir una por tienda de campaña.
Unos días muy importantes
Pero aunque sea difícil, no se rinden. De hecho, el MSC está recomendando que se intenten mantener los campamentos ya en agosto, cuando el desconfinamiento esté más avanzado. «Se puede dormir en una casa en vez de en tiendas y hacer grupos más pequeños. Siempre con mucho cuidado». Pero, ¿por qué se empeñan tanto? «Es una de las actividades más importantes del año para los niños. Aprenden muchas cosas. Este año, que no han podido salir de casa ni ir al colegio de forma normal, podría ayudarles mucho».
Julia está de acuerdo, porque en el campamento «pasas más tiempo con la gente, y aprendes a valorar más y a cuidar a las personas que tienes a tu alrededor. Me encantaría que en el grupo se lo replantearan», reconoce.
Gloria, que tiene 11 años y está en lobatos (rama de 9 a 11) del grupo Loyola, de Huelva, tampoco sabe todavía qué pasará. Pero conserva la esperanza: «Tengo muchas ganas de campamento. Me lo paso súper bien. Desconectas del mundo, y te diviertes con tu segunda familia».
Si el campamento no se puede hacer, hay otras opciones: colonias urbanas de día o durmiendo juntos en algún lugar como el seminario, excursiones al campo… Todo en grupos pequeños. Pero eso no sería problema, porque en los scouts los chicos están acostumbrados a trabajar así. «En lobatos lo llamamos seisena», nos dice Gloria. «Podríamos quedar los seis para al menos vernos las caras y jugar con distancia y mascarillas».
Echando una mano
Ella y Julia están deseando reencontrarse con sus amigos, aunque han seguido viéndose. Los exploradores de Julia tuvieron que cancelar las dos aventuras o proyectos que estaban preparando: ir a la Warner y a ayudar en una residencia de ancianos. En vez de eso, «teníamos las reuniones por videollamada. Los monitores nos proponían retos, como cambiar la letra de una canción para expresar cómo nos sentíamos en la cuarentena». Las misiones de Gloria han sido, por ejemplo, construir un cubil (una guarida de lobos) con mantas, o inventarse frases para animar a otros a usar bien la mascarilla, lavarse las manos…
Además, ha hecho más cosas por su cuenta, como «grabar vídeos para la cuenta de Tik Tok del MSC, como el que hice para san Jorge», el patrono de los scouts, «que se publicó en la cuenta mundial de los Scouts. También preparamos un cartel grande para la ventana diciendo que todo saldrá bien y animar a los más pequeños, y otro para un niño el día de su cumple». Como veis, el servicio a los demás es muy importante para los scouts. De hecho, Santiago nos cuenta que «en muchísimos grupos los chicos más mayores han estado haciendo actividades de servicio, como voluntarios o simplemente ayudando a sus vecinos».