«Tener familia es un plus, no una carga»
«Al fin y al cabo, conciliar empieza por uno mismo». Marcos lo tiene claro, pero su camino de aprendizaje le llevó un tiempo. Después de que los médicos les dieran la noticia de que estaban esperando mellizos empezó a sobreimplicarse en el trabajo. «Pensaba en argumentos como hipoteca, comida y gastos en general». Así empezó a vivir de modo que «el trabajo pasó a ser lo primero». Se hizo con un smartphone de doble tarjeta SIM para tener su número del trabajo en el mismo dispositivo, y se instaló también sus dos correos corporativos para estar siempre disponible
«Al fin y al cabo, conciliar empieza por uno mismo». Marcos lo tiene claro, pero su camino de aprendizaje le llevó un tiempo. Después de que los médicos les dieran la noticia de que estaban esperando mellizos empezó a sobreimplicarse en el trabajo. «Pensaba en argumentos como hipoteca, comida y gastos en general». Así empezó a vivir de modo que «el trabajo pasó a ser lo primero». Se hizo con un smartphone de doble tarjeta SIM para tener su número del trabajo en el mismo dispositivo, y se instaló también sus dos correos corporativos para estar siempre disponible.
Hasta que cambió sus prioridades: «Hubo un día que decidí quitarme los correos. También quité la segunda SIM y el terminal de empresa me lo empecé a dejar en el cajón según salía del despacho». Marcos, que forma parte del movimiento de padres #PapiConcilia (que nació de Mamiconcilia) eligió a su familia: «La mentalidad dócil ha hecho que sea más fácil atarnos, pero es necesario que cambiemos el chip». Así que fue valiente y solicitó a sus superiores poder tener flexibilidad horaria: «He tenido que pelear. Si en una empresa las mujeres ya lo tienen difícil, imagínate un hombre… Creo que siempre optamos por esperar que nos den las cosas hechas, pero hay que hacer ruido y moverse para poder conciliar. Si no, ni los empresarios ni las administraciones nos lo van a poner fácil».
Marcos es uno de los cada vez más hombres que han apostado en España por la corresponsabilidad hombre-mujer a la hora de cuidar de los hijos y atender el hogar. Su actitud no es muy frecuente, porque en España la tarea de compatibilizar trabajo y familia sigue siendo cosa de ellas: las mujeres emplean de cuatro a cinco horas diarias en los quehaceres domésticos, mientras que los hombres solo una; muchos hombres priorizan el trabajo y eligen no beneficiarse de los permisos de paternidad por nacimiento de un hijo; y la realidad es que muchas medidas de conciliación al final acaban por causar más estrés a las mujeres.
Son algunos datos que salieron a la luz en la I Jornada sobre Conciliación y Corresponsabilidad, organizada la semana pasada en Madrid por el Foro de la Familia y la Asociación Católica de Propagandistas en la Universidad CEU San Pablo, con la presencia de representantes de empresas, asociaciones familiares, políticos y expertos.
«En España solo el 8 % de los trabajadores afirma trabajar en un entorno enriquecedor» en materia de conciliación, dijo la directora de Investigación del Centro Internacional de Trabajo y Familia Nuria Chinchilla, quien también señaló que la responsabilidad social corporativa de la que hacen gala las empresas «debe comenzar por el trato a los propios empleados». Según Rafael Fuertes, de la Fundación Másfamilia, favorecer la conciliación «influye positivamente en la cuenta de resultados de las empresas».
En este contexto, la portavoz de Igualdad del PSOE en el Congreso, Ángeles Álvarez, lamentó que la reforma laboral del Partido Popular ha restado valor a los convenios colectivos, «que son los cauces donde se negocian las políticas de conciliación de las empresas». Sandra Moneo, secretaria de Educación e Igualdad, resaltó que «el reto es cultural. No tenemos asumido que tener hijos y tener familia es un plus para la sociedad, y no una carga». Una idea en la que ahondó el profesor de Derecho del Trabajo en el CEU Juan Pablo Maldonado: «El contrato de trabajo hoy no solo atañe al trabajador y al empleador, sino a su entorno y a toda la sociedad, debemos caer en la cuenta de esto».
No es solo cuestión de la actitud de los trabajadores. Las administraciones y las empresas tienen también mucho que hacer en materia de conciliación:
* Volver a la hora de Greenwich y seguir el horario del sol.
* Alargar las bajas de maternidad a un año como en Europa.
* Homologar los permisos de paternidad a los de maternidad.
* Fomentar la jornada flexible.
* Dar ventajas fiscales a las empresas que favorecen la conciliación.
* Racionalizar las cuotas a la Seguridad Social para que los contratos a media jornada no sean más gravosos.
* Aumentar la red de escuelas infantiles.
* Crear más ayudas económicas directas (los actuales 100 euros al mes se adoptaron hace ya 16 años y concluyen a los 3 años de vida del hijo).
* Conciliar los horarios escolares con los horarios laborales para ayudar a los padres en los días de vacaciones de sus hijos.
* Adelantar la hora de la comida, y que dure una hora como máximo.
* Establecer jornadas laborales más compactas y menos extensas, e introducir la jornada flexible.
* Fomentar el teletrabajo sin que sea invasivo con la vida familiar.
* Crear bolsas de horas para atender las incidencias familiares.