Tejiendo Impacto ayuda a mujeres migrantes a emprender buscando el bien común
Su experiencia en Economía de Francisco llevó a Yoselin Rodrigues a fundar Tejiendo Impacto. También educan a mujeres vulnerables sobre finanzas de forma accesible
Tres mujeres migrantes que enseñan a otras como ellas a gestionar su economía e incluso a crear sus propios negocios. Y, además, a hacerlo «poniendo a la persona en el centro y cuidando la casa común». Es el trabajo que realiza, en Valencia, la asociación Tejiendo Impacto, fruto de la Economía de Francisco.
Su presidenta y cofundadora, la venezolana Yoselin Rodrigues, relata que cuando participó en el encuentro global de la Economía de Francisco en 2022, «volví a España con el deseo muy concreto de seguir haciendo realidad aquello que intuimos allí: que una economía con alma no es una utopía, sino un camino posible si lo recorremos juntas».
Ese «deseo profundo de vincularnos» para «intervenir en la economía de una forma diferente» se encarnó en la idea de crear Tejiendo Impacto, una asociación de mujeres centrada en la educación financiera y el emprendimiento sostenible. En la idea se implicó Marta Giménez como cofundadora. Y también Daniela Rojas y Ángela Jurado, migrantes como Yoselin.

«¿Cómo genero vida?»
Entre las tres, identificaron «necesidades reales, especialmente en torno a la educación financiera», explica Rodrigues. Se les acercaban mujeres que «querían aprender a gestionar sus finanzas». Decidieron ayudarlas para que alcancen no solo «autonomía económica, sino bienestar emocional». De hecho, para ellas esta es otra dimensión de la sostenibilidad: para que un proyecto se mantenga en el tiempo, hace falta que las personas implicadas estén bien.
«Por eso trabajamos con un modelo mixto que combina formación y acompañamiento». Este enfoque se refleja en sus dos iniciativas estrella: la Escuela de Mujeres Migrantes Emprendedoras y Finanzas con Voz Propia, un programa para educar sobre finanzas de forma «accesible y consciente, especialmente pensado para mujeres en situación de vulnerabilidad».
«Nos diferenciamos de otras iniciativas de emprendimiento porque no buscamos solo que los proyectos funcionen, sino que estén alineados con la dignidad humana, el bien común y la sostenibilidad integral», subraya esta contable. A sus alumnas, les enseñan a «preguntarse no solo “¿cómo gano dinero?”, sino “¿cómo genero vida y oportunidades con lo que hago?”».
La tercera pata de Tejiendo Impacto es ofrecer servicios profesionales de asesoramiento a empresas y particulares. Esto les permite generar ingresos para mantenerse.
En Castel Gandolfo
El pasado fin de semana, Rodrigues participó en el encuentro global de Economía de Francisco que se celebraba en Castel Gandolfo. Asistía por Tejiendo Impacto y como parte del grupo de coordinación del Hub de Economía de Francisco en España, una «red viva» de quienes comparten esta visión en nuestro país.

Presentaron la experiencia de su primer proyecto Erasmus Plus, celebrado en Matera (Italia). 16 jóvenes italianos y españoles se formaron y reflexionaron sobre cómo implementar la Economía de Francisco en un programa organizado por la cooperativa italiana Oltre l’Arte y Manos Unidas.
Además, en junio participaron en la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo organizada por la ONU en Sevilla. Y están difundiendo esta forma de vivir la economía en universidades, diócesis y parroquias de toda España; e incluso en el Colegio de Economistas de Madrid.
Rodrigues apunta que el lema en inglés del evento, Restarting the economy, hacía alusión al descanso (rest) y al arte (arting). «Necesitaba detenerme para volver a comenzar con creatividad», reconoce. Para ello, «encontrarme con personas que, como yo, trabajan en todo el mundo por una economía con alma es un regalo».
Su objetivo era «vincularme, escuchar y poner al servicio de otros la experiencia» de Tejiendo Impacto. Y esperaba llevarse a casa «claridad y fuerza para seguir trabajando».