El Vaticano avala una investigación que interpela a personas de las periferias existenciales - Alfa y Omega

El Vaticano avala una investigación que interpela a personas de las periferias existenciales

«Te arriesgas a que los pobres te digan cosas que no te gusten», asegura el sacerdote Sergio Massironi, director de la iniciativa

Victoria Isabel Cardiel C.
Massironi durante un descanso del congreso. Foto: Lorenzo Buggio.

La caricia del Papa abraza con ternura a las periferias existenciales: a los pobres, cada vez más arrinconados por una globalización sin escrúpulos; a los inmigrantes, rechazados en las fronteras; a los indígenas, pisoteados por la avaricia; a los que tienen el alma seca y el corazón triste. Son ellos los predilectos de Jesús y también los protagonistas de una investigación teológica impulsada por la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano. «El objetivo es profundizar en el magisterio del Papa y promover una renovación de la teología», apunta el director de esta iniciativa, el sacerdote Sergio Massironi.

Para empezar, el método es totalmente nuevo. Los 90 teólogos participantes han recorrido los rincones más escondidos de 40 ciudades distintas para saltarse las estructuras y la jerarquía de la Iglesia y poder llegar así hasta los últimos: «Hemos ido directamente, sin mediaciones institucionales, a escuchar a las personas que normalmente no suelen ser escuchadas por la Iglesia». Más de 500 personas —la mayoría solo con estudios básicos— fueron interpeladas. «Personas sin hogar, minorías étnicas, grupos LGTB, inmigrantes, mujeres que sufren violencia, gente creyente que ha tenido un desgarro con la fe y no ha vuelto a pisar la iglesia… Todos caben. La mayor sorpresa ha sido el profundo conocimiento de la fe de personas que no están instruidas; los teólogos solemos orillarlas porque pensamos que no tienen herramientas para hablar de Dios».

El resultado son centenares de horas de grabaciones transcritas e incluidas en las conclusiones que pronto se incorporarán al Sínodo. Para formular las preguntas sobre cómo vivir con esperanza en este mundo o qué les gustaría preguntar o decir al Papa, los teólogos tuvieron que despojarse de sus lenguajes e intereses para «darles la palabra libremente y que pudieran responder sin sentirse coaccionados». Es una teología que sale de los despachos sedienta de respuestas que solo encuentra en la calle. «Defendemos los frutos del Concilio Vaticano II, 60 años después, y damos voz al sensus fidei, es decir, a la madurez de fe de los fieles», asegura. Otras ciencias y disciplinas sociológicas comparten con esta nueva teología el interés por las periferias urbanas. «Las ven como un laboratorio o como el lugar desde el que el mundo puede ser comprendido», incide Massironi.

La teóloga Lorena Basualto Porra. Foto cedida por Lorena Basualto

La coordinadora de la investigación en Iberoamérica, la teóloga y profesora de Religión Lorena Basualto Porra, explica que los Evangelios dan cuenta de que Jesús fue «un experto en escuchar y en dar voz a los oprimidos, excluidos, invisibilizados y acallados por el poder político y religioso de la época». «Propició una relación simétrica con sus interlocutores y es lo que hemos tratado de hacer nosotros».

La opción por los pobres se convierte así en una categoría teológica que es parte fundamental del magisterio de Francisco: «La temática de la sabiduría desde los márgenes es una dimensión del pensamiento del Papa, quien sostiene que desde las periferias es posible captar otros puntos de vista. Desde aquí se ven aspectos de la realidad que no se reconocen desde los centros de poder, donde se toman las decisiones más definitorias». Una de las mujeres que entrevistó Basualto en Santiago de Chile es un ejemplo de fe sencilla que apacigua las durezas del día a día. Es viuda, tiene un hijo drogadicto y se gana la vida vendiendo ropa usada que le han regalado, pero nunca pierde la esperanza. «La fe y la esperanza en Dios lo son todo, si no qué sería de nosotros. Yo, por lo menos, me levanto, me acuesto con fe, porque mi situación también es complicada», relata ante la teóloga. Hay denominadores comunes en sus entrevistados: «Son personas luchadoras, aguerridas, comprometidas, con esperanza y fe de posibilitar que el mundo sea más acogedor». Pero también son excesivamente críticos con la jerarquía. «Dar la palabra a los pobres es peligroso porque te arriesgas a que te digan cosas que no te gusten», refiere Basualto. Con todo, valora que este método teológico investigativo supone una renovación «importantísima para la teología». «Constituye una forma de hacer teología de tipo sinodal, que podría marcar para siempre la manera en la que el magisterio papal investiga, como ha pasado en las últimas exhortaciones del Papa», sugiere.

La investigación ya ha plantado una semilla en la Curia romana. El dicasterio dedicado a cuestiones sociales abrirá un departamento de investigación teológica que partirá precisamente de las periferias existenciales.