Susi Snyder: «Estamos más cerca de un mundo sin armas nucleares»
Snyder, miembro de PAX, asegura que aunque Gran Bretaña haya retrocedido, la mayoría de países apoyan el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares
Boris Johnson está decidido a dar marcha atrás en la consolidada política de Reino Unido de no proliferación nuclear iniciada hace más de tres décadas. Pero la decisión del Gobierno británico de incrementar un 40 % el límite de cabezas nucleares Trident (de las 180 actuales a 260) no es ningún frenazo a la eliminación de estas armas. Susi Snyder pertenece a la organización PAX, hermana de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) que recibió el Nobel de la Paz en 2017.
¿Hay esperanza para un mundo sin armas nucleares?
Estamos más cerca que nunca. En enero entró en vigor el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), el primer instrumento de derecho internacional humanitario que mitiga las consecuencias humanitarias catastróficas causadas por el uso y el ensayo de estas armas.
¿Cómo valoran este instrumento?
Es la primera vez en la historia que las armas están totalmente prohibidas por el derecho internacional. Cuando era solo una niña y hacíamos simulaciones de un ataque con armas de destrucción masiva, escondiéndonos en los pasillos, soñaba que algún día estas armas serían ilegales. Ahora lo son. Esto es sin duda un paso necesario para eliminarlas por completo.
Pero solo ha sido ratificado por una cincuentena de estados, y ninguno de ellos posee armas nucleares.
Actualmente son 86 los países signatarios y 54 lo han ratificado. Los países con armas nucleares no han entrado, pero tienen una gran presión internacional porque saben que los responsables son los que rechazan las armas de destrucción masiva. Los planes de nuevas armas nucleares son condenados por el secretario general de la ONU y el resto de la comunidad internacional. Trabajamos codo con codo con los países que ratificaron el TPAN, las organizaciones internacionales y la mayoría de los países para presionar a estos otros a deshacerse de las armas nucleares.
La mayoría de los países que se niegan a firmarlo aducen que tener armas atómicas esenciales es un elemento de disuasión para su uso. También la OTAN.
Lo único que disuade de su uso es el desarme completo, algo que cinco de los países con armas nucleares están obligados a hacer por ley. Mientras se siga diciendo que se necesitan armas nucleares, otros países querrán obtenerlas.
Además, la mayor parte de la sociedad rechaza las armas nucleares. ¿No es paradójico?
Es que no es una estrategia eficaz. La OTAN dice que es una alianza de democracias, pero los líderes de esos países no escuchan a su población. Las encuestas de opinión señalan que la mayoría quiere unirse al TPAN y poner fin a las desastrosas políticas de disuasión.
Con la decisión del Gobierno británico de subir un 40 % el tope de ojivas nucleares del programa Trident algunos hablan de bloqueo en el objetivo de un mundo sin armas nucleares.
Es una decisión muy peligrosa. Pero eso no significa que el compromiso con el desarme nuclear se haya estancado. La mayoría de los países del mundo apoyan el TPAN. Esto es un paso significativo hacia un mundo sin armas nucleares, que aísla aún más a los países con armas nucleares.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) recibió el Nobel de la Paz en 2017. En el discurso, la directora ejecutiva de la organización, Beatrice Fihn, aseguró que el efecto disuasorio es irreal. «Lo que hacen estos artefactos es crear miedo». En la ceremonia participó la superviviente de Hiroshima Setsuko Thurlow, quien calificó el tratado que prohíbe las armas nucleares como una «tremenda esperanza».