Los Reyes Magos en la Almudena: «Caminando juntos podemos descubrir el amor que Dios nos tiene» - Alfa y Omega

Los Reyes Magos en la Almudena: «Caminando juntos podemos descubrir el amor que Dios nos tiene»

Los niños los han recibido junto al arzobispo de Madrid. Han podido entregarles sus cartas y hablar directamente con ellos

María Dolores Gamazo
Los Reyes Magos en la catedral de la Almudena el 3 de enero de 2024
Los Reyes Magos en la catedral de la Almudena el 3 de enero de 2024. Foto: Ignacio Arregui.

Emoción. Nervios. Ilusión. Esperanza… Estas fueron las principales emociones que predominaron en la tarde del pasado miércoles en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, donde más de 1.000 personas, en su mayoría niños y niñas acompañados por sus padres y abuelos, así como adolescentes y jóvenes, se dieron cita para asistir a la llegada de los Reyes Magos a la capital de España. Como Milo, un pequeño de 2 años, cuya madre no sabía si sería capaz de aguantar toda la ceremonia. O los hermanos Sanz —Miguel, de 10 años; Diego, de 12, y Marta, de 6— que acompañados por su madre esperaban impacientes para abrazar a los Magos de Oriente; en especial a Gaspar, el favorito de Marta, a quien entre otros presentes ha pedido un perrito de peluche. O los más chiquitines de la familia Barrantes Abad: Rocío, de 3 añitos, con una misiva redactada por su hermana Ana, de 8, y Miguel, de 5, cuya carta había escrito su hermano Jorge, de 10. En ella ha pedido pocas cosas, con la esperanza de que pidiendo poco le traen más regalos.

Presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, la ceremonia estuvo amenizada por villancicos populares entonados por tres coros de voces blancas, pertenecientes al Colegio Los Tilos y a los colegios parroquiales de Nuestra Señora de la Paz y Nuestra Señora de la Misericordia. En su saludo inicial, el purpurado explicó a los niños que a comienzo de curso desde la diócesis escribieron a los Magos una carta preguntando dónde se iban a quedar estos días, ya que «ahora, en parroquias, en cabalgatas… tienen un montón de tarea». Y les ofrecieron la casa de los obispos, la residencia episcopal San Justo.

En su respuesta, Sus Majestades pidieron un favor. «Lo que más nos gusta», le explicaron, «es decirles a todos los niños y niñas, y a los papás y a las mamás y a todos los abuelos y abuelas, que nos encanta adorar a Jesús. Porque, si no hubiéramos visto a Jesús, y no le hubiéramos adorado, no podríamos dar regalos». Les gusta hacerlo «porque Jesús nos lo pidió. Y, como Jesús nos lo pidió, lo primero que queremos hacer al llegar a Madrid es rezar un poquito delante de Jesús. Y que los niños y niñas, y todas las familias, puedan rezar un momentito delante de Jesús. Porque eso es lo que cambió nuestras vidas».

A pesar de las vacaciones, los Magos aseguraron al cardenal Cobo que «el Niño Jesús va a llamar a muchos niños para que vengan esta tarde a la catedral». Por eso, continuó, «si estáis hoy aquí» es que «el Niño Jesús os ha llamado, igual que llamó a los Reyes Magos». Dio gracias por la presencia de tantos menores; en primer lugar al Niño Jesús, «porque os ha traído Él»; y luego «a todos los que os dejáis ilusionar por los Reyes Magos. A los mayores también».

«Jesús escucha todo lo que le decimos»

Antes de la llegada de los Magos, se orientó el encuentro con la narración de cómo descubrieron y siguieron la estrella y los regalos que llevaron al Niño Jesús. Una campana anunció la llegada de los Reyes Magos. El arzobispo recibió al cortejo real mientras se cantaba El tamborilero. Precedidos por el toque de trompetas de los Heraldos del Evangelio, Sus Majestades entraron en la catedral por la puerta principal.

Una vez llegadas al altar, se arrodillaron para adorar al Niño Dios. El arzobispo aprovechó para invitar a los presentes a hacer un rato de oración, en silencio, para acoger «a los Magos que vienen de Oriente, y lo primero que hacen es ponerse de rodillas delante de Jesús», igual que iban a hacer ellos. «Jesús está esperando escucharnos a cada uno de nosotros. Los Magos de Oriente son expertos en escuchar a Jesús. Con ellos vamos a ver lo que Jesús tiene que decir a cada uno de nosotros».

«Gracias, Jesús, por todo lo que nos dices», dijo luego el cardenal. «Si alguno no hemos escuchado muchas cosas, esta noche seguro que lo podemos escuchar en el silencio de casa. Gracias, Jesús, por habernos traído aquí a los Reyes Magos. Gracias por papá, por mamá, por los abuelos, por los tíos, por toda la gente que hay a nuestro alrededor, que también nos cuidan y nos llevan a ti, como los Reyes Magos». Asimismo compartió su gratitud al mismo «Jesús, por haber nacido, y por hacer que todos los niños y niñas que estamos en esta catedral seamos otros Reyes Magos. Y gracias a los que están aquí, porque nos recuerdan lo que somos los mayores y los pequeños».

«Conocí a Jesús y encontré la felicidad»

En nombre de los Magos, Baltasar tomó la palabra para agradecer la acogida y la invitación a compartir ese momento de oración y encuentro con los niños. En su alocución, aseguró que «un día conocí a Jesús y encontré la felicidad». Y afirmó que, en su visita Belén, sintió en su corazón «una alegría como nunca había sentido. Y supe que era mi felicidad».

Su Majestad señaló que «todos estamos llamados a ser felices. Por el amor de Jesús, que cura. Y a estar alegres. Nuestras familias necesitan ponerse en camino y, por la fe, descubrir al Rey de reyes». «Caminando juntos podemos descubrir el amor que Dios nos tiene», dijo. E invitó a hacer otro momento de oración, pidiendo al Niño Jesús por las familias, por los amigos, y también por aquellos que no conocen a Dios.

Tres pequeños, en representación de todos los presentes, subieron al altar para dirigir sus preguntas a los Magos. Así, Jorge Barrantes lanzó a Melchor la suya, sobre cómo descubrió la estrella de Belén. En su respuesta, el Mago animó a los pequeños a estudiar, a ir al colegio y a aprender para intentar conocer la verdad, «porque Dios es la verdad». Ante la consulta de Ana Barrantes, Gaspar exhortó a vencer la pereza, como hicieron ellos al ver la estrella, y a dedicar un tiempo al Señor. Por último, Raquel Rodríguez quiso que Baltasar le dijera cómo se libraron de Herodes. Después de darle un abrazo, él exhortó a los pequeños a escuchar los buenos consejos de padres, profesores, catequistas… para tomar buenas decisiones. «Si estudiamos y no tenemos pereza, entonces escucharemos los buenos consejos y los pondremos en práctica», concluyó.

Estrellas en medio de Madrid

En su exhortación final, el cardenal Cobo, en nombre del Niño Jesús, manifestó su agradecimiento a los asistentes; en especial, «a todos los que buscáis estrellas en medio de Madrid. Y a los que, cuando hay noche y oscuridad, sabéis mirar al cielo y mirar a Jesús, y encontráis siempre allí la luz».

«Esta tarde, aquí, está la Iglesia de Madrid. Y pocas veces la Iglesia de Madrid tiene una cara tan alegre. Gracias a vosotros. Y pocas veces la Iglesia de Madrid tiene un rostro tan ilusionado. Muchas gracias. Porque esta es nuestra Iglesia. Y vosotros formáis parte» de ella. Por último, dio las gracias «de verdad a todos los que descubrís a Jesús. Ese es el mejor regalo que recibimos de los Reyes Magos».

Finalizó su exhortación invitando a los padres a no perder nunca el misterio de la Navidad. «Os lleváis a Jesús a casa hoy, gracias a los Reyes Magos», aseguró. «Disfrutad de Jesús de verdad». Después de un avemaría a la Virgen de la Almudena, la ceremonia terminó con la salida de Sus Majestades al exterior del templo, donde durante casi tres horas recibieron las cartas de los pequeños.