Superiora de las Hijas de Jesús: «Desearía que alentáramos la esperanza en este duro momento»
Graciela Francovig pide a las Hijas de Jesús trabajar por la unidad, transformar la esperanza en caridad y continuar abriendo caminos junto a los laicos, tras la apertura del Año Jubilar por el 150 aniversario de la congregación
¿En qué contexto fundó la Madre Cándida a las Hijas de Jesús?
En la España del siglo XIX no había espacio para la educación-instrucción de la mujer, esta no tenía esa posibilidad. Entonces, la Madre Cándida fundó a las Hijas de Jesús para la educación de la niñez y juventud femenina, el catecismo y otras obras de piedad y caridad.
Desde la sensibilidad y realidad actual se nos hace difícil comprender qué significaba en ese momento histórico la falta de educación en la mujer. En cualquier caso, considero que aquello fue una verdadera respuesta en favor de la mujer en la sociedad del momento.
¿Qué supone para la congregación la apertura del Año Jubilar por el 150 aniversario?
En primer lugar, es motivo de mucha alegría y gratitud por la fidelidad de tantas Hijas de Jesús que en estos años mantuvieron vivo el carisma fundacional. Tengo un recuerdo muy agradecido en este momento a mis predecesoras en el servicio de superiora general y la animación al cuerpo universal.
Nuestra última congregación general nos ha desafiado a presentar un nuevo rostro del carisma para el momento presente. El carisma no tiene su expresión hoy solo en la vocación consagrada, así nació. En la actualidad hay muchos laicos que desean vivir de acuerdo al estilo de la Madre Cándida y que encuentran en ella un modo de concretar su vida cristiana. Por eso queremos seguir abiertos y en búsqueda del horizonte y de los pasos que el Espíritu nos impulse a dar como Familia de la Madre Cándida. Hijas de Jesús y laicos nos ayudamos a vivir en fidelidad el compromiso en el seguimiento de Jesús.
Este carisma, este modo de vida, sigue vivo y extendido por muchos lugares del mundo. De ahí nuestro lema para la celebración de los 150 años de fundación: Un carisma vivo, un camino compartido.
¿Cuál es el nuevo rostro del carisma para el momento presente?
Este carisma en la actualidad se concreta con 721 hermanas dispersas en 17 países de Europa, América Latina y Caribe, Asia y África. Los proyectos son muy diversificados: la educación formal y no formal, la atención y acompañamiento a migrantes y refugiados, a los jóvenes, acompañamiento en ejercicios espirituales, acompañamiento y formación de líderes, proyectos con otros religiosos/as en proyectos en favor de la dignidad de la persona…
¿Cuál es el mensaje principal para este año jubilar?
Deseo subrayar cuatro aspectos que me gustaría tener muy presentes a lo largo de este año de gracia: Ser agradecidos, cuidar unos de otros, vivir en esperanza y tener siempre un horizonte universal.
¿Qué espera para la congregación al final de este aniversario?
Es una pregunta que me lleva a pensar en lo esencial. Algo que desearía profundamente es que de verdad seamos una congregación de unión. Que esta preparación sea una revisión profunda de nuestras vidas, a la luz de las constituciones del instituto y del carisma fundacional. Que terminemos animados, impulsados, renovados, más unidos y con mirada universal a nuestro mundo, con atención a las mayores necesidades. Que alentemos la esperanza en este duro momento para la humanidad y que esta esperanza se transforme en caridad que obra. Que continuemos abriendo caminos junto a los laicos.