«Supe que la mano de María estaba en todo ello» - Alfa y Omega

«Supe que la mano de María estaba en todo ello»

Pocos días antes, había estado suplicando ayuda a Dios. «Encendí la radio y estaba Radio María sintonizada. Estaba hablando un obispo, y las cosas que decía eran las mismas cosas que me pasaban a mí y en situaciones similares. En seguida supe que la mano de María estaba en todo ello». Así cuenta José el momento, crítico en su vida, en el que descubrió Radio María. El mensaje del Evangelio, recibido a través de esta radio, le ayudó a escapar de una «fosa, oscura y pestilente». Por eso, es fundamental el apoyo de todos para que este mensaje siga llegando a los oyentes en los más de 60 países en los que ya existe, y también en los nuevos países -la mayoría africanos- en los que se está intentando poner en marcha. Recaudar fondos y alcanzar este objetivo era la meta de la Mariathón que la Familia Mundial de Radio María celebró este fin de semana. Durante la celebración de una Misa internacional para toda Europa, el Director de la emisora en España, padre Luis Fernando de Prada, leyó la carta de José, recibida en enero de este año:

Colaborador
supemanomariaenello

En marzo del año pasado, quedé expuesto al borde de la fosa, oscura y pestilente. Por mi cabeza pasó la idea del suicidio. A mí me superaba la capacidad de poder soportar el trabajo que tanto odiaba, la vida familiar que tanto me agobiaba, la vida social de mi entorno que tanto me asqueaba.

Me surgió un problema que para mí fue insuperable, y esta situación la creé yo y sólo yo. Mi remordimiento de conciencia fue tan grande que no fui capaz de superarlo por mí mismo. Esto, sumado a lo anterior, me minó las fuerzas para seguir viviendo.

Nunca he sido un hombre religioso, y tampoco es que creyese en Dios. Pensaba que creía, pero ahora sé que no era verdad. Entraba a las iglesias de vez en cuando, una vez o dos cada cinco o diez años. Pero la cosa no iba con migo. Salía a la calle en el momento que encontraba la oportunidad.

Entonces me ocurrió lo increíble, lo más maravilloso de mi vida. Cuando más desesperado estaba, sin saber por qué. Paré el coche cerca de un monte arbolado, bajé y no sé qué fuerza sobrehumana me obligo a hacerlo. Le pedí socorro al Señor, recé lo poco que sabía, balbuceaba a la hora de hacerlo, lloraba desesperadamente. Era tal el dolor que yo tenía en mi corazón, que no era capaz de soportarlo. Y estuve un buen rato así.

Varios días después, por temas de trabajo, fui a alquilar un coche. Cuando llevaba como media hora conduciendo, encendí la radio y mi sorpresa fue mayúscula. Estaba Radio María sintonizada en ella. Yo no tuve que buscar la emisora. De hecho sabía que existía y alguna vez sin querer me surgía cuando buscaba otras emisoras. El acto reflejo que yo tenía era quitarla inmediatamente. En esta ocasión no fue así, no la quite y no sé por qué. Fue por la mañana, a primera hora, sobre las 8:30 h. Estaba hablando un obispo y las cosas que decía eran las mismas cosas que me pasaban a mí y en situaciones similares. En seguida supe, y no me preguntéis por qué, que la mano de María estaba en todo ello. ¡El Señor me había escuchado!

A partir de ese momento y hasta ahora, casi se ha cumplido un año de lo ocurrido. No me han parado de pasar cosas y situaciones místicas. Gracias a ti, Señor, por haber escuchado mi grito desgarrador de auxilio. Gracias, María, gracias por tu radio, gracias por haber intercedido ante el Señor por mí. Y, sobre todo, gracias por haberte puesto tan pesada para que fuese a Fátima, a estar un rato contigo. ¡Fue maravilloso! Yo no nací en 1964. ¡No! Nací 01 de marzo de 2013.

Gracias a todos por la labor que estáis realizando y por vuestro sacrificio. Estad bien seguros que vuestro sacrificio es del agrado del Señor, es un sacrificio que agrada al Señor.

José