Su Beatitud Fouad Twal, Patriarca Latino de Jerusalén: «El Señor nos ayuda a amar y perdonar. Es nuestra misión» - Alfa y Omega

Su Beatitud Fouad Twal, Patriarca Latino de Jerusalén: «El Señor nos ayuda a amar y perdonar. Es nuestra misión»

Como Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal ha repetido muchas veces que «mi Iglesia es una Iglesia de la Cruz». Ahora, afirma, «todo Oriente Medio es esta Iglesia del Calvario», muy en especial, Siria. Los refugiados no dejan de llegar a Jordania, y la Iglesia se está volcando con ellos. Pero más allá de las dificultades, el Patriarca asegura que «no perdemos nunca la esperanza». Los cristianos en Medio Oriente siguen rezando, trabajando, amando y perdonando. Es su misión para construir la paz

María Martínez López
Un momento de la Eucaristía en Nazaret, presidida por su Beatitud Fouad Twal, Patriarca Latino de Jerusalén.

A la vista de cómo empeora la situación en Oriente Medio, algunas personas podrían sentirse tentadas de pensar que no hay mucho que celebrar en este final del Año de la fe. ¿Qué respuesta puede darles la Iglesia?
Es justo al contrario. Considerando la situación dramática que tenemos, es una ocasión bonita para decir a los fieles que no perdemos nunca la esperanza; y que un día tendremos también justicia y paz para todos. No debemos mezclar la vida política de cada día con la dimensión espiritual. Al revés: cuanto más difícil sea nuestra vida, más debemos pedir perdón y ayuda al Señor, y celebrar y rezar por todos, por la paz, por la justicia. Sinceramente, damos menos credibilidad a los discursos de los políticos. Pero creemos más y tenemos más esperanza en el amor y la misericordia de Dios, para que nos den paz en todo el Oriente Medio.

En el pasado, he dicho más de una vez que mi Iglesia, la Iglesia de Jerusalén, es una Iglesia del Calvario, de la Cruz; a causa de la ocupación militar, de la emigración de los cristianos y de la reducción de la presencia cristiana. Pero, desde hace dos años, todo Oriente Medio es esta Iglesia del Calvario, y nosotros tal vez estemos mejor que en otros países. Pienso sobre todo en Siria, donde la destrucción es total: más de 115.000 muertos, y entre dos y tres millones de refugiados.

A causa de toda esta situación en Oriente Medio, los siete Patriarcas católicos vamos a encontrarnos [a partir de hoy jueves] con el Papa y con los jefes de los dicasterios romanos. Queremos debatir sobre nuestra situación, sobre nuestro drama y nuestra alegría. Tras estos tres días con el Santo Padre, esperamos regresar de Roma felices y con mejores noticias.

¿Cómo afecta la situación de Siria al Patriarcado de Jerusalén?
Los refugiados sirios nunca logran entrar en Israel, pero llegan a Jordania, que es la porción más grande de mi Patriarcado. Cubre Chipre, Israel, Palestina y Jordania, pero la mayoría de los cristianos, de los sacerdotes y seminaristas llegan de Jordania. Allí hay un número muy alto de refugiados, y estamos muy implicados en atenderlos a través de Cáritas Jordania, con la ayuda y solidaridad de las Cáritas del mundo entero. Tenemos miles de jóvenes voluntarios que les sirven gratis, y unos 200 o 300 trabajadores de Cáritas. Es un gran testimonio. Parece ser que la mayoría de refugiados cristianos van al Líbano, a Jordania llegan sobre todo musulmanes. Pero nosotros trabajamos para todos, es lo mínimo que podemos hacer.

¿Qué significa la fe para los cristianos que, en esta región, tienen que hacer frente a tantas dificultades precisamente a causa de su fe?
El Señor nos dijo: «No os dejaré nunca solos». Hay una gracia, una fuerza que llega de lo Alto, del Señor, que nos ayuda a seguir caminando hacia adelante, trabajando, amando, perdonando…, ésa es nuestra misión aquí. Espero que, desde España, recen por nosotros y por la paz en Tierra Santa.

¿Qué nos puede adelantar sobre esa posible visita del Papa Francisco a Tierra Santa sobre la que tanto se ha especulado últimamente? ¿Qué expectativas tienen para esta visita?
Es seguro que el Papa va a venir a Tierra Santa en 2014. Vamos a recibirlo con mucho gusto, con alegría. Y vamos a rezar juntos por la paz. Seguro que, como los demás Pontífices que nos han visitado, va a ser un peregrino de paz y de diálogo para todos.

¿Cómo se ha celebrado aquí el Año de la fe?
Hemos organizado reuniones, encuentros de grupos y familias jóvenes, retiros espirituales, conferencias. También participamos en la JMJ de Río de Janeiro. Y lo terminamos con una Carta pastoral, un mensaje de nuestra parte para todos los fieles, que hemos traducido en varios idiomas, porque aquí llegan peregrinos de todo el mundo.

¿Por qué se tomó la decisión de preparar el cierre del Año de la fe con esta gran celebración en Nazaret?
La iniciativa partió del Patriarcado, pero cuenta también con la colaboración del Ministerio de Turismo de Israel. Empezamos el Año de la fe en Jerusalén, y dentro del mismo programa estaba el terminarlo en Nazaret, para dar la posibilidad de participar a nuestros fieles que no pudieron venir a Jerusalén. Invité a las Conferencias Episcopales de Europa y de Oriente Medio, para que todos se unieran a nosotros y poder rezar juntos por esa paz que tanta falta nos hace. Estoy agradecido de haber tenido conmigo a mis hermanos obispos de las Iglesias orientales. De Jordania sólo vino un grupo grande. Espero que, cuando vuelvan a Jordania, den testimonio. Me gustaría pedir a los peregrinos que, cuando vuelvan a casa, hablen de este evento, de su experiencia. Necesitamos vuestra ayuda para seguir dando la bienvenida a más gente.