Stephan Lipke: «El clero sigue intentando construir la paz» - Alfa y Omega

Stephan Lipke: «El clero sigue intentando construir la paz»

En conversación con Alfa y Omega, el secretario general de la Conferencia Episcopal de la Federación Rusa habla del trabajo de la Iglesia católica para superar el conflicto

María Martínez López
Pie de foto: Un momento de la reunión en la que participó el secretario general ruso
Pie de foto: Un momento de la reunión en la que participó el secretario general ruso. Foto: José Calderero de Aldecoa.

¿Qué impacto están teniendo la guerra en Ucrania y las sanciones internacionales en los fieles católicos rusos?
En Moscú podría parecer casi como si nada hubiera cambiado, a pesar de que por supuesto la inflación ha golpeado al país con mucha más dureza que a cualquier otra nación europea; y a pesar también de que se ha vuelto mucho más difícil viajar y mantener el contacto con Europa. Los sacerdotes que llegan del extranjero lo más probable es que sean de India, Indonesia, etc. Estos países tienen buenas relaciones con Rusia, pero a esos sacerdotes les cuesta mucho más aprender ruso que a los de Polonia o cualquier otro sitio de Europa. Por otro lado, en las provincias hay más feligreses con parientes en el Ejército o que han muerto o han resultado heridos. Para ellos la cuestión está mucho más presente.

¿Cómo trabaja la Iglesia católica para ser una voz a favor de la paz dentro de las limitaciones que le impone el tipo de presencia que tiene en el país?
Creo que cualquier trabajo a favor de la reconciliación, de superar el odio en cualquier contexto; la oración por la paz, construir puentes entre ricos y pobres, entre izquierda y derecha… todo ello también se convertirá algún día en una contribución a favor de la paz. Espero que llegue el día en el que los pensamientos de paz, amor y cuidado por los demás sean los dominantes. También podemos contribuir a ello especialmente educando a los jóvenes y cuidando de las personas con discapacidad, de los pobres y enfermos, o las madres solteras.

El hecho de que estemos en contacto con católicos de todo el mundo, también en Polonia y Ucrania, es por supuesto un puente en sí mismo. Por ejemplo, me alegró mucho que el verano pasado la Conferencia Episcopal Polaca invitara a todos los episcopados vecinos y yo pudiera participar también.

¿Hay algún tipo de diálogo sobre el conflicto o la construcción de la paz con la Iglesia ortodoxa, que tiene una visión muy diferente? ¿Han afectado los dos últimos años a las relaciones ecuménicas?
Hay algunos contactos con la Iglesia ortodoxa. Especialmente con muchos laicos, pero también con el clero que sigue intentando construir la paz y el amor.

¿Está sirviendo el encuentro de CCEE en Madrid para intercambiar visiones sobre la guerra con representantes de la Iglesia en otros países?
Por supuesto, es la razón por la que he venido. De lo contrario habría sido muy complicado y difícil hacer un viaje de 24 horas de ida y 24 horas de vuelta para estar aquí solo 48 horas. Espero que nos ayude a seguir en contacto y a aprender cada vez más sobre lo que se necesitará en el futuro.

Stephan Lipke
Stephan Lipke.

Cuando el año pasado el cardenal Zuppi visitó Moscú, ¿tuvieron los obispos ocasión de presentarle sus ideas sobre la situación del país y la guerra?
La visita del cardenal Zuppi no se pensó como un acontecimiento de Iglesia. Pero por supuesto, nuestro arzobispo en Moscú compartió sus intuiciones con él. El nuncio también lo hace constantemente. Y ciertamente la visita en sí misma y la Misa en la catedral, fueron un signo importante de que estamos unidos con la Iglesia universal.

¿Se notó algún cambio después?
No tengo información al respecto. Por supuesto, el objetivo directo era humanitario: intercambio de prisioneros, devolver a los niños ucranianos a sus familias. Estas cosas aman el silencio hasta que se consiguen.

¿Podría la Iglesia local ayudar en la misión de localizar y devolver a los niños ucranianos? No faltarán obras de caridad que estén en contacto con el mundo de los huérfanos.
Todas estas cuestiones se tratan con la Santa Sede. Por supuesto, si nuestras instalaciones se necesitaran para alojar temporalmente a los niños o a otras personas, no dudaríamos en ofrecerlas. Pero parece que son demasiado públicas para ser adecuadas para ello.

¿Se sabe si habrá alguna visita más en el futuro?
No lo sé. Y, una vez más, estas cosas aman el silencio.