Sorda. Una inmersión muy auténtica en el mundo de la discapacidad - Alfa y Omega

Sorda. Una inmersión muy auténtica en el mundo de la discapacidad

Juan Orellana
Ángela utiliza la lengua de signos para comunicarse con Héctor y con su hija Ona
Ángela utiliza la lengua de signos para comunicarse con Héctor y con su hija Ona. Foto: A Contracorriente Films.

Ángela (Miriam Garlo) es una mujer sorda, felizmente casada con Héctor (Álvaro Cervantes), que ha aprendido lengua de signos para comunicarse con ella. Lleva una vida normal, es ceramista y se lleva muy bien con sus compañeros, a los que sabe leer los labios. También cuenta con un buen grupo de amigos sordomudos con los que hace muchos planes. Pero el día que da a luz a su hija Ona, se ve invadida de miedos e inseguridades. Su sordera, con la que había aprendido a vivir, se convierte en una amenaza y vuelve a sentirse socialmente excluida como cuando era pequeña.

La película quiere hacer empatizar al espectador con la protagonista yendo más allá de una mera comprensión racional de lo que supone ser sorda. Para ello, la directora va a emplear recursos dramáticos y cinematográficos que permiten al público conectar experiencialmente con el personaje, aunque sea de una forma muy fugaz. Algo parecido es lo que hizo Florian Zeller en su cinta El padre, para que el espectador se pusiera en el lugar de un enfermo de alzhéimer, o lo que probó Antonio Buero Vallejo en el teatro cuando estrenó En la ardiente oscuridad, apagando todas las luces de la sala y consiguiendo que, por unos instantes, los asistentes vivieran en una angustiosa sensación de ceguera.

Pero más allá de una interesante llamada de atención sobre el sentimiento de soledad —y exclusión— que viven muchos sordos y sordomudos en el plano social, el filme también es una reflexión sobre la maternidad. La cualidad más importante de una madre es querer ejercer su maternidad siendo ella misma, sin medirse con las pretensiones de los demás. A Ángela este aprendizaje le lleva meses de sufrimiento, ya que se ha autoconvencido de que está destinada a quedarse ante la vida de su hija como un personaje secundario. Y, en tercer lugar, es un atractivo retrato del matrimonio. Ángela y Héctor tienen sus dificultades, sobre todo en la segunda mitad; pero entre ellos hay un amor verdadero, buscan el bien del otro y se apoyan en medio de todas las circunstancias.

La puesta en escena es aparentemente invisible, en aras del mayor naturalismo posible; hasta el punto de que el espectador se puede llegar a preguntar si va a suceder algo en la película: la cámara sigue la cotidianidad de los personajes sin marcar acentos o énfasis, aunque con gran belleza formal. La inteligencia del guion y de la dirección de Eva Libertad es que cuando el público se quiere dar cuenta ya ha pasado todo, delante de sus ojos, sin que se enterara. Esa invisibilidad de la puesta en escena es una metáfora de la invisibilidad social que la cineasta quiere denunciar. Este planteamiento requiere un exquisito trabajo actoral. Concretamente Miriam Garlo hace un trabajo de una autenticidad dramática pasmosa —la escena del parto llega a herir—. Su premio a la Mejor Interpretación Femenina en el Festival de Málaga es justísimo, como lo es que la cinta haya ganado en esa misma cita el reconocimiento a Mejor Película, Mejor Actor y el Premio del Público. Este también lo recibió en el de Berlín.

Sorda
Dirección:

Eva Libertad

País:

España

Año:

2025

Género:

Drama

Público:

Todos los públicos

Cartel de 'Sorda'