«Somos perdonados para perdonar. Debemos ser testimonio de misericordia»
A través del secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, el Papa manda un mensaje para la Semana Litúrgica Nacional en el que asegura que «la misericordia resplandece de forma especial en la Confesión, porque se reconcilia para reconciliar» y que «el rito de la penitencia debe ser concebido como una expresión de Iglesia en salida»
El Papa Francisco ha lamentado que hay «demasiadas personas encerradas en el rencor» y ha pedido a los católicos que sean testigos de la misericordia «suscitando deseo y capacidad de perdón», en una carta dirigida a los participantes de la 67ª Semana Litúrgica Nacional, que en esta edición lleva por título La liturgia como lugar de misericordia.
La semana se celebra, entre el 22 y el 25 de agosto, en Gubbio (Italia), localidad que celebra el 1.600 aniversario de la carta que recibió Decencio, obispo de Gubbio, en la que el Papa Inocencio I le daba respuestas a las preguntas planteadas sobre la celebración de algunos sacramentos.
Vivir y ofrecer misericordia
«La misericordia del Padre no puede ser bloqueada en actitudes intimistas o de autoconsuelo porque ella se demuestra potente en la renovación de las personas y les permite ofrecer a los demás la experiencia viva del mismo don», ha señalado Francisco en el mensaje firmado por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, enviado al presidente del Centro de Acción Litúrgica, monseñor Claudio Maniago.
Sobre la liturgia, señala que debe ser el lugar «donde la misericordia es encontrada y acogida para ser donada» y donde el misterio de la reconciliación se hace «presente, anunciado, celebrado y comunicado». «Las específicas celebraciones de sacramentos declinan el único grande don de la divina misericordia según las diversas circunstancias de la vida», agrega. «Del don de la misericordia resplandece de modo especial en el sacramento de la Penitencia, porque se reconcilia para reconciliar», explica el Pontífice.
Asimismo, el Santo Padre manifiesta que el rito de la penitencia debe ser concebido como una expresión de «Iglesia en salida» y como puerta a través de la cual se va al encuentro de las «periferias de una humanidad cada vez más necesitada de compasión».
En este sentido, llama a los católicos a anunciar el Evangelio a través de una «existencia reconciliada y reconciliadora». «Somos perdonados para perdonar; debemos ser testimonios de misericordia en todo ambiente, suscitando deseo y capacidad de perdón. Esta es una tarea a la que todos estamos llamados, especialmente ante el rencor en el que están encerradas demasiadas personas que necesitan encontrar nuevamente la alegría de la serenidad interior y el gusto de la paz», añade.
Agencias / Redacción