La famosa novela infantil de Lyman Frank Baum, que décadas más tarde convertiría a Judy Garland en niña prodigio del cine, encandila al público más pequeño gracias a su fantástica historia sobre la amistad.
La música y la amistad se funden en este cuento de siempre gracias al trabajo de Albert Ponte y la dirección de Javier de Pascual. Si bien para el público adulto, la historia resulta un tanto simple y monótona, parece que el musical encaja a la perfección con el público infantil, ya que le permite interactuar con los personajes de la historia y acompañarlos en los temas de funk, góspel, o pop creados expresamente para la producción. Al son de las palmas y gracias a un pequeño repertorio musical del que sólo destacan las míticas Over the rainbow y We’re off to see the wizard eso sí, adaptadas al castellano resulta más llevadero recorrer el camino de baldosas amarillas. De todas las actuaciones brilla la melodiosa voz de Dorothy, que también interpreta música moderna y la postura más cómica e ingenua que adopta el espantapájaros. El musical eso sí, tiene algunos golpes originales como la neurótica y frustrada bruja del oeste o el sesentero y cobarde león.
La historia que es fiel al original se centra en Dorothy, una niña originaria de Kansas, que es sorprendida por un tornado y trasportada más allá del arco iris al maravilloso y desconocido mundo de Oz. Allí las cosas que se desean de todo corazón pueden hacerse realidad. Ella que quiere volver a casa junto a su tía Emma tendrá solicitar la ayuda del gran Mago. En su camino encontrará un espantapájaros sin cerebro; un hombre de hojalata sin corazón y un león al que le falta valentía. En el viaje Dorothy descubrirá la verdadera amistad. Junto a sus nuevos amigos caminarán hacia la ciudad Esmeralda y lucharán contra la malvada bruja del oeste: todo con el único objetivo: de conseguir lo que más desean.
★★★☆☆
Manuela Malasaña, 6
Bilbao
REPRESENTACIÓN FINALIZADA