Sol y Ramzi se casaron en Palestina a pesar de la guerra  - Alfa y Omega

Sol y Ramzi se casaron en Palestina a pesar de la guerra 

Él palestino y ella venezolana, se conocieron en Belén y han pasado recientemente por la Fundación Zayas para contar su testimonio

Ester Medina
Sol y Ramzi se casaron en la parroquia de santa Catalina de los Franciscanos de Belén
Sol y Ramzi se casaron en la parroquia de santa Catalina de los Franciscanos de Belén. Foto cedida por Sol Chacón.

Cuando la venezolana Sol Chacón viajó a la ciudad de Belén en 2022 no se imaginó que conocería al amor de su vida en Tierra Santa. Ella fue a participar en un voluntariado con las hermanas del Verbo Encarnado en una casa con niños con discapacidad y tenía en mente volver en cuanto terminara. Pero allí conoció a Ramzi Alsadi, un guía turístico palestino cristiano con el que se casó después de un año de noviazgo.  

La pareja retrasó la celebración de la boda hasta octubre por motivos médicos. Sin embargo, a principios de ese mes tendría lugar el ataque de Hamás en territorio israelí que marcaría el inicio de la sangrienta guerra que aún hoy continúa. «Fuimos la única pareja que no canceló la boda», recuerda Sol. «Sólo fue el 10 % de los invitados y exclusivamente las personas más cercanas a nosotros y que estaban en ese momento en Belén».   

No exentos de dudas, Sol y Ramzi consultaron con el sacerdote que les acompañaba y preguntaron al párroco por la tensión de la situación. «Nosotros sabíamos que no íbamos a hacer celebración posterior, pero nos dijeron que si queríamos celebrar el sacramento no habría ningún problema», señala ella.  

De hecho, al paralizarse la llegada de voluntarios al hogar de menores donde Sol había estado ayudando, «nos tuvimos que llevar a aproximadamente 15 niños del centro a la iglesia. No esperábamos que tuvieran un papel tan activo en la boda, lo cual fue increíble», y explica que la mayoría de ellos son huérfanos y otros tienen familias, pero no los pueden sostener por las graves y complejas patologías.  

La venezolana relata que ya semanas antes de la boda la situación era de mucha incertidumbre y que «el conflicto siempre ha existido, pero con puntos álgidos», y recuerda que vivieron la ceremonia «con normalidad porque al final estábamos dentro de la iglesia y no hubo ningún problema». 

Sin embargo, añade que en la región existen problemas económicos porque «muchos de los proyectos eclesiales en Tierra Santa viven a base de donaciones y la aportación de peregrinos», y la falta de ellos hace que muchas familias estén pasando necesidad y muchas iniciativas se estén paralizando. La pareja reside en estos momentos en España, y puntualiza que no vinieron por la situación política sino por motivos personales. Recientemente estuvieron en la Fundación Zayas dando su testimonio a otras personas y explicando «cómo le dimos prioridad a querernos casar a pesar de la situación. Era de Dios».