JRS Europa denuncia los «frutos nefastos» de la política migratoria de la UE
En una carta a los jefes de Estado y de Gobierno que se reúnen este jueves en Bruselas exigen llevar a los migrantes rescatados a puertos dentro de la UE y poner fin a las detenciones administrativas
«La Unión Europea aún puede cambiar de rumbo y elegir inequívocamente actuar conforme a los valores que la fundaron». Esta apuesta por la esperanza en medio de un panorama no demasiado prometedor concluye una carta que el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) Europa dirige a los dirigentes de la Unión Europea, con motivo de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra este jueves en Bruselas.
En el texto, la organización lamenta que «en los últimos años hemos sido testigos del debilitamiento del compromiso» de las instituciones europeas para «armonizar la forma en que extendemos la protección y el disfrute de los derechos humanos a aquellos que se ven obligados a huir de la violencia y la persecución».
En el origen de buena parte de este debilitamiento, señala el JRS, está el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, aprobado por el Parlamento Europeo en abril y adoptado por el Consejo de la UE en mayo. «Elige la detención y la segregación de las personas que buscan protección en las fronteras exteriores de la UE», al tiempo que permite derogar las políticas comunes «en tiempos de supuesta crisis» y «promueve la externalización de la responsabilidad de proteger a las personas a países fuera de la UE».
Además, esta mentalidad ya está «cosechando frutos nefastos» más allá de su texto, con cambios en la legislación y las políticas nacionales. «Los Países Bajos quieren desvincularse del Sistema Europeo Común de Asilo, Alemania introduce controles fronterizos internos, Polonia quiere suspender el derecho a solicitar asilo en las fronteras con Bielorrusia, Italia ha comenzado a llevar a las personas rescatadas en el mar a un centro de detención fuera de la UE, en Albania», enumeran desde la organización. Además, con «los fondos europeos pésimamente invertidos en terceros países conducen a graves violaciones de los derechos humanos, como en los centros de detención en Turquía».
Por si esto fuera poco, «los gobiernos continúan buscando formas de mantener alejados a los migrantes o devolverlos antes incluso de que pongan un pie en territorio europeo, diseñando “centros de retorno” en terceros países que son cuestionables, tanto desde una perspectiva ética como de viabilidad».
En la cumbre de líderes europeos, está previsto que se haga balance de la aplicación de la política migratoria. Se pondrán en el foco cuestiones como «el refuerzo del control de las fronteras exteriores» y «el aumento y la aceleración de los retornos», junto a la lucha contra la trata, según ha comunicado el mismo Consejo de la UE a través de su página web. El diagnóstico de la organización jesuita es claro: «A medida que el compromiso con nuestros valores compartidos se desmorona, la injusticia y el sufrimiento aumentan». Y, al mismo tiempo, «ninguna de las iniciativas mencionadas anteriormente ha tenido realmente efecto alguno en la reducción de la migración hacia Europa».
Cambio de rumbo
Por eso, desde JRS Europa piden a los jefes de Estado y de Gobierno que trabajen juntos «para diseñar formas innovadoras de garantizar vías seguras y legales para las personas que huyen de la violencia y de la persecución». También para «buscar y rescatar» a quienes están en peligro en el mar y «llevarlos al puerto seguro más cercano de Europa». Exhortan a rechazar el uso de las detenciones administrativas y, en vez de ello, optar «por la hospitalidad y el acompañamiento desde el momento en que las personas llegan», con «modelos de acogida digna».
Sobre los acuerdos de colaboración con terceros países, la entidad solicita que sean «sólidos» y «verdaderamente fortalezcan sus sistemas de protección y apoyen su desarrollo», en vez de servir «para convertirlos en ejecutores satélites de políticas inhumanas de la UE».
Mantener los estándares democráticos y de respeto de los derechos humanos con que nació la UE «no es fácil. Se necesita audacia y fuerza para mantener el compromiso, incluso cuando el contexto parece volverse más desafiante». Pero es posible. La carta cita el ejemplo de la respuesta de la UE ante la crisis de refugiados desde Ucrania, que «ha demostrado lo que podemos lograr cuando actuamos juntos y de acuerdo con nuestros valores».