«Sin paliativos, la única alternativa garantizada es dejar de vivir»
Las sociedades científicas de cuidados paliativos afirman que la dignidad al final de la vida abarca mucho más que la posibilidad de elegir cuándo morir
La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) y la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL) han emitido este lunes un comunicado sobre las cuestiones de la eutanasia y la dignidad al final de la vida tras la aprobación el pasado jueves en el Congreso de los Diputados de la proposición de ley que la regula. Su conclusión es clara: «Consideramos que es sumamente simplista reducir el derecho a morir con dignidad al objeto de esta ley. Porque lo que nosotros entendemos por dignidad al final de la vida abarca mucho más que la posibilidad de decidir cuándo se quiere morir».
Por contra, estima que el concepto de dignidad cuando la personas sufre una enfermedad avanzada o está al final de la vida «es mucho más amplio y complejo y exige que se garanticen más derechos».
Derechos como decidir dónde quiere morir: «Si decide que sea en us domicilio, es necesario poner a su disposición recursos suficientes para que pueda hacerlo en las mejores condiciones y con un acompañamiento adecuado, lo que requiere, por ejemplo, bajas incentivadas para sus cuidadores. A día de hoy, esto no es una realidad en España, donde cada ocho minutos una persona en situación de dependencia fallece sin recibir las ayudas que tiene reconocidas. Eso no es morir con dignidad».
Derecho también a decidir con quién quiere morir, que actualmente, según estas sociedades científicas, «tampoco está garantizado, tal y como se ha constatado en la actual pandemia». «Durante los últimos meses se ha impedido categórica y sistemáticamente que miles de personas –con COVID-19 y sin COVID-19– fallecieran acompañadas, vulnerándose claramente el derecho a la autonomía del paciente», añaden.
Derecho inalcanzable
En su opinión, «si se reduce el derecho a morir con dignidad a la posibilidad de que la persona decida cuándo quiere hacerlo, nos olvidamos del cómo». Y constatan: «Existe una incuestionable evidencia de que, en la mayoría de los casos, los cuidados paliativos garantizan un alivio eficaz del sufrimiento ante enfermedades avanzadas o procesos de final de vida mediante una atención integral, multidisciplinar y centrada en la persona y en su familia. Pero este derecho sigue siendo inalcanzable para miles de personas en nuestro país».
Con todo, afirma que si la respuesta a las necesidades de las miles de personas que necesitan cuidados paliativos continúa sin estar garantizada por una le nacional «se está dando a entender que la única alternativa garantizada para dejar de sufrir cuando se padece una enfermedad grave o incurable o una enfermedad grave, crónica e invalidante es dejar de vivir».