Simona Ercolani: «El Papa quiere que hablen jóvenes y mayores y lo hemos hecho realidad en Netflix»
Netflix estrena este 25 de diciembre la serie Historias de una generación con el Papa Francisco, firmada por Simona Ercolani y desarrollada por la productora italiana Stand By Me
¿Cómo se gesta esta serie?
Fui al Vaticano a la presentación del libro Francisco. La sabiduría del tiempo del jesuita Antonio Spadaro y en seguida vi el potencial que tenía para ser una serie. Conseguimos los derechos y después escribí una carta al Papa para pedirle que fuera el hilo conductor, que explicase su historia como anciano entre ancianos. Sabíamos desde el principio que iba a ser algo internacional, para dar valor a la universalidad de la Iglesia.
Y entonces irrumpió el coronavirus.
Sí, llegó la pandemia y el confinamiento paralizó un poco todo. Entonces el Papa denunció en una de las Misas que se trasmitían desde Santa Marta que los ancianos eran los que estaban sufriendo las peores consecuencias. Eran momentos terribles, morían cientos de personas al día. Sentí que era un imperativo moral hacer esta serie, reaccionar a todo este dolor que suponía también la pérdida de las raíces y de la memoria de nuestra sociedad. Así que escribí a la responsable de Netflix para el sur de Europa y entramos en sintonía. Era un reto desde el punto de vista de producción, porque cada día cerraban una frontera.
¿Cómo lo hicieron?
Construimos algo intergeneracional. Implicamos a jóvenes directores menores de 30 años que se ocuparon de grabar las historias de los ancianos en los países donde se encontraban. Fue muy complicado. Los mayores no suelen manejarse bien con la tecnología, así que les pedíamos a sus nietos o a sus vecinos jóvenes que nos ayudasen. Creamos una red de colaboración, como una colcha de retales, patchwork, en la que cada uno teje un trocito. El Papa señala que para el futuro de la humanidad es importante que los jóvenes hablen con los mayores. Y nosotros lo hemos hecho realidad. Éramos el nexo común entre ellos. Con todas las dificultades que afrontamos, ha sido como vivir un milagro.
¿Pusieron alguna condición el Papa o el Vaticano?
No, al revés. Entrevistamos a Francisco dos veces. Una en otoño de 2020 y otra, en la primavera de 2021. Y entre medias íbamos seleccionando y grabando por el mundo las historias de los ancianos. El Santo Padre fue extremadamente amable. No puso líneas rojas. Se mostró como lo que es: un padre espiritual abierto que le habla a todo el mundo, no solo a los católicos.
¿Ha descubierto alguna faceta de él que le haya sorprendido?
No estoy acostumbrada a departir con el Papa, así que todo me parecía emocionante. Es más, sentí una gran responsabilidad al tener que editar las grabaciones. La fase del montaje ha sido una experiencia fascinante. Los fotogramas me iban entrando en la cabeza, cada vez entendía mejor sus frases. En total, tenemos cinco horas de grabaciones y aún hay material inédito. Me sorprendió su sentido del humor; nos ha regalado partes de su vida, anécdotas muy personales, como que le gustaba bailar tango o que le dio la Unción de los enfermos, apenas ordenado sacerdote en Argentina, a la cantante Azucena Maizani. Puede ser un refinado intelectual, pero lo que más le importa es llegar a todo el mundo. Es una figura que comunica con todo su ser.
Hay un homenaje especial a la abuela del Papa, la señora Rosa.
Sí. El Papa nos dijo algo bellísimo, que lo que más recordaba de ella eran los silencios. Antes de decirlo se paró a pensar, y es maravilloso este pasaje. Si uno piensa en los abuelos, es verdad que recuerda los silencios. Su mirada tranquila, su paciencia, el modo parsimonioso de trasmitirnos amor…
¿Cuál es la historia que más le ha marcado?
El Papa dice que son los ancianos los que sueñan, y que los jóvenes son los que se encargan de hacerlos realidad. Hemos manejado casi 400 historias que demostraban esto. Acabamos seleccionando 18 que tuvieran armonía entre ellas. En el primer episodio salen famosos como Martin Scorsese, Jane Goodall o Estela Barnes de Carlotto, la fundadora de las Abuelas de la Plaza de Mayo. Pero también hay perfiles menos conocidos, como Vito Fiorino, el único italiano de la serie, un hombre sencillo que se fue a celebrar una fiesta en un barco y acabó rescatando a 47 migrantes en el Mediterráneo. Otros 366 fallecieron en el mayor desastre en las costas italianas, en 2013. Todas las historias son historias de amor, con el Papa como hilo conductor que llena de sabiduría.
Simona Ercolani
Italia
2021
Docuserie
Todos los públicos