Siete nuevos bautizados para la Iglesia en la Vigilia de Pascua
«Tenemos que anunciar», avisa el cardenal, «que la vida es más fuerte que la muerte»
¡Cristo ha resucitado! Estas palabras son para todos nosotros y dan sentido a nuestra vida. «Que la luz de esta noche disipe las penumbras de nuestro mundo», ha pedido en esta noche el cardenal arzobispo de Madrid, don Carlos Osoro. La celebración de la Vigilia Pascual contó con la presencia habitual de los obispos auxiliares, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, monseñor José Cobo Cano y monseñor Jesús Vidal Chamorro. También con la presencia especial del arzobispo Metropolitano del Patriarcado Ecuménico de España y Portugal, su Eminencia Reverendísima Besarión.
«La piedra que cierra el sepulcro es también un símbolo de tantas cosas que nos bloquean», ha explicado don Carlos. Intentar liberarse del peso de esa piedra puede ser en balde, pero en realidad, la pregunta que hay que hacerse es: «¿qué piedra ahoga mi vida?». El anuncio de la Resurrección de Jesús hace ver que «todo es nuevo, todo es diferente». El ángel del Señor también nos indica que Jesús ha resucitado, «¿qué significa para nosotros?», ha vuelto a preguntar a quienes le escuchaban desde la catedral, así como desde la retransmisión en La 2 de RTVE.
Jesús, comentó el cardenal, comunica a través del ángel a las dos mujeres que fueran a Galilea. «Ahora seremos todos nosotros los que tengamos que volver a anunciar esto», ha explicado. «Tenemos que anunciar», avisa el cardenal, «que la vida es más fuerte que la muerte».
«La Historia, con la luz del resucitado, es diferente, tiene otra hondura, construye fraternidad». Cristo enciende nuestras lámparas apagadas. Don Carlos deseó que «la luz de esta Pascua no se apague nunca en vuestro corazón» y, también, que «dejemos que ilumine nuestra vida».
En la celebración de la Vigilia de Pascua es tradicional que se impartan los sacramentos de la iniciación cristiana especialmente a adultos. Este año, la Iglesia ha dado la bienvenida a siete catecúmenos que recibieron el bautismo, la confirmación y la eucaristía. Además, también en la catedral de la Almudena, diversas comunidades del Camino Neocatecumenal renovaron en público sus promesas bautismales.