«Si tu Madre te llama, no te puedes resistir» - Alfa y Omega

«Si tu Madre te llama, no te puedes resistir»

Hágase en mí según tu palabra: éste es el lema de la Gran Vigilia de la Inmaculada, que se celebra el próximo 7 de diciembre. «La Virgen nos llama a salir de nuestros refugios, como nos ha pedido recientemente el Papa Francisco», afirma don Nicolás Arroyo, quien lleva cincuenta años organizando en Madrid esta Vigilia en homenaje a la Virgen, una celebración que ya se ha extendido a toda España y al extranjero

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Un momento de la Vigilia de la Inmaculada, en la catedral de la Almudena.

«La Vigilia es una llamada de la Madre a acercarnos a Dios a través de los sacramentos. Y, ante una llamada de tu Madre, no te puedes resistir; tienes que acudir. Ella nos llama a la conversión, a salir de nuestros refugios, como nos ha pedido el Papa Francisco, y salir a la calle y predicar el Evangelio. Ir -e invitar a ir– a la Vigilia de la Inmaculada es una forma de predicar el Evangelio»: así presenta don Nicolás Arroyo la Vigilia de la Inmaculada de este año 2013, una celebración que ya se puede calificar de tradicional, pues lleva organizándose en Madrid desde 1947, y ya se ha extendido a toda España y otros países hispanoamericanos, y también a Estados Unidos, Alemania…

Después de 50 años organizando la Vigilia en Madrid, don Nicolás ha presenciado «auténticos milagros, desde conversiones en la misma Vigilia, hasta gente que se confiesa por primera vez en 20, 30 ó 40 años…».

Todo empezó cuando, en 1947, el padre jesuita Tomás Morales realizó una tanda de Ejercicios espirituales para empleados, y vio la necesidad de lanzarles a la acción, a evangelizar a sus compañeros por medio de la Virgen. «Entonces organizó una Vigilia de la Inmaculada a la que asistieron 300 hombres -recuerda don Nicolás-, invitados por aquellos que habían participado en los Ejercicios. Poco después, se trasladó la Vigilia a otras dos iglesias, y al final acababan miles de hombres cantando juntos la Salve en la plaza de Neptuno. Luego se fue extendiendo por una treintena de iglesias de Madrid, después por toda España, y hoy está en más países del mundo, presidida normalmente por el obispo de la diócesis. Es algo de una gran belleza, pues se extiende sin hacer apenas nada».

Don Nicolás Arroyo.

En la preparación cobran protagonismo los voluntarios, en especial los jóvenes, que durante dos sábados van anunciando la Vigilia y poniendo carteles en los comercios que lo desean. «Es muy bonito, porque hay dificultades, pero también hay acogidas muy esperanzadoras… -confiesa don Nicolás-. Les dicen: No, aquí no se ponen carteles; y ellos responden: Es para la Vigilia de la Inmaculada… –Ah, ¡entonces sí!, contestan. Cuando les dicen que no, eso alcanza más gracias, porque lo hacen por Jesucristo y por la Virgen, y lo ofrecen por la conversión de los pecadores».

Está en nuestras manos el futuro de la Iglesia

En cada diócesis se celebra de forma distinta, pero normalmente la Vigilia de la Inmaculada es presentada por un sacerdote, y también hay una charla de un laico; se reza el Rosario, y todo concluye con la celebración de la Santa Misa.

Durante la celebración, hay muchos sacerdotes confesando, y suele haber largas colas de gente esperando para confesarse. «Es una buena ocasión para quitarnos de encima ese catolicismo light que, a veces, nos paraliza. Los laicos debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad: está en nuestras manos el futuro de la Iglesia», concluye don Nicolás.

En Madrid, la Vigilia tendrá lugar a las 9 de la noche, en la catedral de la Almudena, presidida por el cardenal Rouco; en la basílica de la Merced, presidida por el obispo auxiliar monseñor Fidel Herráez; y en el santuario de María Auxiliadora, presidida por el obispo auxiliar monseñor César Franco.