«Si se quiere honrar la memoria» de las víctimas de la guerra, «hay que cesar el fuego»
Una semana después de Todos los Santos y Todos los Fieles Difuntos, León XIV reivindica que el primer gesto por «niños, ancianos y enfermos» en la guerra es no matarlos
En el ángelus de este domingo, León XIV ha dedicado palabras de dolor y esperanza ante los conflictos y tragedias que golpean distintas partes del mundo. Desde la plaza de San Pedro, ha enumerado con voz pausada a «niños, ancianos y enfermos» recordando que no son cifras sino personas. «Expreso mi profundo agradecimiento a todos aquellos que, a todos los niveles, se están comprometiendo a construir la paz en las diferentes regiones marcadas por la guerra», ha sentenciado.
No basta con rezar por los muertos
Apenas una semana después de las festividades de Todos los Santos y Todos los Fieles Difuntos, el Papa ha señalado que «en los últimos días hemos rezado por los difuntos y, entre ellos, lamentablemente hay muchos que han muerto en los combates y los bombardeos a pesar de ser civiles». De forma concreta y realista, ha reivindicado que «si realmente se quiere honrar su memoria, hay que cesar el fuego y poner todo el empeño en las negociaciones».

León XIV ha extendido su oración también a Filipinas, donde el tifón Fung-wong —uno de los más potentes de la temporada— ya ha dejado su primera víctima mortal y obligado a evacuar a más de un millón de personas. «Rezo por los difuntos y sus familiares, por los heridos y los desplazados», ha dicho con preocupación.
Solidaridad concreta
Finalmente, el Papa ha saludado a los presentes en la plaza, llegados de Italia y de otros países, entre ellos los representantes de los bancos de alimentos que realizan sus grandes campañas del año a las puertas de la Navidad. León XIV ha recordado que, en Italia, el próximo sábado estos voluntarios llevarán a cabo la tradicional colecta nacional, será en la víspera de la Jornada Mundial de los Pobres. Un gesto que «hace visible el Evangelio cuando se traduce en solidaridad concreta».
En la Solemnidad de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, León XIV ha presidido a primera hora de la mañana la Misa en la que es realmente la catedral de la diócesis de Roma. Ha recordado que este templo, construido en el siglo IV por voluntad del emperador Constantino y que sobrevivió a los coches bomba de la mafia, es «mucho más que un monumento y una memoria histórica: es signo de la Iglesia viva, edificada con piedras escogidas y preciosas en Cristo Jesús».
El Papa utilizó la imagen de los cimientos del edificio para hablar del fundamento espiritual de la Iglesia: «Si quienes la construyeron no hubieran excavado en profundidad hasta encontrar una base lo suficientemente sólida, toda la construcción se habría derrumbado”. De igual modo, «también nosotros, obreros de la Iglesia viva, debemos excavar en nosotros mismos hasta la roca desnuda de Cristo».