Si pisoteamos la Constitución rompemos la convivencia

Buena parte del debate político se centra estos días en la posible concesión de indultos a los presos del procés por parte del Gobierno. «En los valores constitucionales no se encuentran ni la revancha ni la venganza», ha asegurado Pedro Sánchez para justificar una decisión que contradice lo que él mismo sostenía antes y a la que ya se ha opuesto el Supremo, que ha advertido de que no hay razones de justicia, equidad y utilidad pública.

Los magistrados señalan que los políticos independentistas intentaron «subvertir unilateralmente el orden constitucional», «voltear el funcionamiento ordinario de las instituciones» e «imponer la propia conciencia frente a las convicciones del resto». También inciden en que no hay ni arrepentimiento ni propósito de enmienda, por lo que, la medida de gracia, parece más una forma de anular la sentencia del propio Supremo y garantizar la continuidad del Ejecutivo que de impulsar una mejor convivencia.

Como subrayó la Conferencia Episcopal cuando la Constitución cumplió 40 años, el texto «selló la reconciliación de todos los españoles y es la ley fundamental de nuestra convivencia». No desandemos lo andado ni tiremos por tierra los esfuerzos de tantos.