«Si falta la esperanza, las demás virtudes pueden desmoronarse»
Francisco reflexiona sobre la esperanza que nos ayuda a «atravesar las noches más oscuras» e invita a valorar el rezo del rosario especialmente en este mes de mayo
En la habitual catequesis de este miércoles, Francisco ha reflexionado sobre la esperanza como «una virtud contra la que pecamos a menudo» cuando, por ejemplo, «nos abatimos por nuestros pecados o pensamos que las felicidades pasadas están enterradas para siempre». «Pecamos contra la esperanza cuando en nosotros el otoño anula la primavera; cuando el amor de Dios deja de ser un fuego eterno y nos falta la valentía de tomar decisiones que nos comprometen para toda la vida», ha afirmado ante los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
A pesar de que la esperanza «tiene un corazón joven», el Pontífice ha asegurado que «la edad no cuenta, porque también existen ancianos con los ojos llenos de luz que viven una tensión permanente hacia el futuro». «¡El mundo de hoy necesita esta virtud cristiana!», ha exclamado Francisco, al igual que la paciencia y otras virtudes que nos hacen ser «tejedores del bien» y trabajadores por la paz. «Quien está animado por la esperanza y es paciente, es capaz de atravesar las noches más oscuras», ha dicho.
Ante la incertidumbre del día a día, el Papa anima a ver el futuro como realidad positiva, porque así «se hace más llevadero el presente». Sin la certeza de un mañana fiable y un horizonte luminoso, «solo podremos concluir que la virtud de la esperanza es un esfuerzo inútil», ha afirmado.
Valorar el rezo del rosario
En los saludos en español, el Santo Padre ha recordado la solemnidad que se celebra este miércoles de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, cuya imagen estaba presente en la plaza de San Pedro. A ella le ha pedido por su patria, para «que el Señor la ayude en su camino».
De igual manera, también ha reiterado su petición de paz para Europa y todo el mundo, pero especialmente en Ucrania y en Israel y Palestina, así como en el conflicto de Myanmar.
Además, este miércoles se celebra la festividad de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, a la que el Papa ha encomendado en particular «a todos los niños, enfermos, ancianos y recién casados que están aquí presentes». Ha invitado por último a valorar el rezo del rosario especialmente en este mes de mayo.
El Papa Francisco también ha recibido este miércoles en audiencia a los participantes del encuentro Cuidar es trabajar, trabajar es cuidar», organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y al que han acudido representantes de la OIT y conferencias episcopales, así como sindicatos y grupos de base de la sociedad civil. El Santo Padre les ha dirigido unas palabras y ha recalcado la necesidad de «poner en común los recursos institucionales y personales para leer el contexto en el que no movemos» y saber reconocer «los males sistémicos que pueden convertirse en plagas sociales».
Haciendo alusión a la encíclica Laudato si, el Pontífice ha denunciado el expolio de «ciertas materias primas con el único fin de satisfacer los mercados de los países del Norte industrializado», con graves consecuencias para la población originaria. Además, ha lamentado que el hambre en el mundo siga aumentando unido a los importantes conflictos armados y la pobreza que estos generan a su paso.
El Papa también se ha referido a los trabajadores migrantes que, a pesar de los prejuicios, «contribuyen al desarrollo económico y social de los países de acogida y del país del que proceden». Ha definido asimismo la baja natalidad como «un problema grave» en el que los migrantes ayudan. «Y sin embargo, muchos de ellos no están integrados con plenos derechos y son ciudadanos “de segunda” excluidos de muchos servicios».