Si Don Camilo entra al magisterio - Alfa y Omega

Si Don Camilo entra al magisterio

Lo citó Francisco en el discurso a la Iglesia italiana, reunida en Florencia: «Me sorprende cómo en las historias de Guareschi la oración de un buen párroco se une a la evidente cercanía con la gente». El precedente de Benedicto XVI, que lo citó en el libro entrevista Luz del mundo. Y un libro cuenta que Pío XII quiso conocer a Fernandel

Andrea Tornielli

La historia de Don Camilo y Peppone, la afortunada saga de cuentos de Giovannino Guareschi que se convirtió en una serie de películas inolvidables, entra al magisterio. En su discurso a los «estados generales» de la Iglesias italiana, en Florencia, Francisco citó justamente la figura del párroco de Brescello, personificado por el actor francés Fernandel.

«La Iglesia italiana –dijo el Papa Bergoglio- tiene grandes santos, cuyos ejemplos pueden ayudarla a vivir la fe con humildad, desinterés y alegría: desde Francisco de Asís hasta Filippo Neri. Pero pensemos también -añadió- en la sencillez de personajes inventados como don Camilo que hace pareja con Peppone. Me sorprende que en las historias de Guareschi la oración de un buen párroco se una a la evidente cercanía con la gente. De sí, don Camilo decía: «Soy un pobre sacerdote de campo que conoce a sus parroquianos uno por uno, los ama, que sabe sus dolores y sus alegrías, que sufre y sabe reír con ellos». Cercanía a la gente y oración son la clave para vivir un humanismo cristiano popular, humilde, generoso, alegre».

La valorización de don Camilo no es un inédito para los Papas. Benedicto XVI en 2010 reveló que adoraba las películas de los cuentos de Guareschi. En el libro entrevista Luz del mundo, el Papa Ratzinger, respondiendo a la pregunta sobre cuáles eran sus películas preferidas, dijo: «Me gustan don Camilo y Peppone». El entrevistador, el periodista Peter Seewald, lo espoleó: «Santidad, me imagino que se sabe de memoria todos los episodios…». Y el Papa, sonriendo, respondió: «No todos…». Se sabe que cuando pasaban en la televisión estas viejas películas, el Papa Benedicto las veía en compañía de su «familia pontificia».

Después de esa pequeña revelación, en enero de 2011, el entonces párroco de Santa Maria Nascente, don Giovanni Davoli, y el alcalde de Brescello, Giuseppe Vezzani, los dos «sucesores» de don Camilo y Peppone, fueron recibidos en una audiencia por Benedicto XVI, a quien regalaron una caja con los Dvd, en italiano y alemán, de las 5 películas de Peppone y don Camilo, y un póster con una escena de la película, en la que los protagonistas pintan juntos las figuras del pesebre.

Otro episodio curioso se relaciona con un entonces futuro Papa: Juan XXIII. Sucedió en 1952, cuando Angelo Roncallli era nuncio apostólico en París. Cuenta monseñor Pirro Scavizzi, su confesor, que un día fue a verlo a la nunciatura en París y se lo encontró en las escaleras del edificio esperándolo. Se estaba carcajeando: «¡Estaba leyendo Don Camilo!».

Pero los detalles de una audiencia muy especial protagonizada por Pío XII son descritos en un libro que acaba de ser publicado, El verdadero rostro de Don Camilo. Vida e historia de Fernandel, escrito por el periodista Fulvio Fulvi, que cuenta la vida del actor. Y explica lo que sucedió el domingo 18 de enero de 1953, a las 10:30 de la mañana, en el Vaticano. Papa Pacelli, que acababa de ver la película de don Camilo y Peppone, quiso conocer al actor francés.

Cuando Fernandel recibió en su hotel de Roma la invitación Pontificia pensó que se trata de una broma. Fue a la audiencia con su hija Janine. Durante el coloquio, Pío XII no se refirió nunca a la película, sino que habló de su amor por Francis y pidió noticias sobre la familia del actor. Fernandel contó cómo fue recibido en el Vaticano: «Sus atenciones hacia mí eran verdaderamente especiales, no son las que se reservan a los extraños… me trataban como si fuera uno de casa… me decían “Buenos días”, como se dice a un colega, aunque en burgués, sin hábito talar». Se cuenta que el Papa Pacelli, después de haber visto la película, dijo: «Quiero conocer al sacerdote más célebre del mundo después de mí».

Andrea Tornielli / Vatican Insider (Enviado a Florencia)