Shayda. Madre coraje en versión iraní - Alfa y Omega

Shayda. Madre coraje en versión iraní

Juan Orellana
Shayda (Zar Amir Ebrahimi) abraza a su hija Mona (Selina Zahednia), de 6 años
Shayda (Zar Amir Ebrahimi) abraza a su hija Mona (Selina Zahednia), de 6 años. Foto: Shayda.

Shayda (Zar Amir Ebrahimi) es una mujer iraní que vive en Australia. Acaba de llegar a una casa de acogida para mujeres maltratadas con hijos. Shayda vive con su hija Mona y quiere tramitar el divorcio de su marido Hossein (Osamah Sami), que la ha agredido y violado. Hossein ha conseguido que el juez le permita ver a su hija los sábados por la tarde sin supervisión. Esos encuentros semanales van a suponer un auténtico vía crucis para madre e hija.

La conocida actriz Cate Blanchet produce esta ópera prima de la iraní Noora Niasari y que fue Premio del Público en el Festival de Sundance. La película también fue seleccionada para representar a Australia en los últimos Óscar. En realidad, los ingredientes argumentales no son nada nuevos: mujer iraní que quiere volar libremente y cuyo marido, tradicionalista, trata de atarla corto hasta llegar a la violencia. Este binomio feminismo-islam, tan frecuente en el cine de este siglo, tiene sin embargo algunos elementos originales de gran interés.

Uno de ellos es la maternidad. Para Shayda lo más importante —más que sus planes personales de futuro— es proteger a su hija lo más posible y tratar de construir a su alrededor un entorno grato. En ese sentido, Shayda es una madre coraje que solo consigue su objetivo a medias. Los encuentros con su padre son siempre fuente de angustia y congoja, pues Mona tiene que mentir para proteger a su madre. Es decir, ambas tratan de protegerse mutuamente y van a tener que lidiar con el dolor y el miedo. Impresiona la interpretación de la niña, Selina Zahednia, en el papel de Mona, abarcando muchos registros dramáticos con asombrosa expresividad.

Otro elemento es la complicidad —a veces difícil— entre las madres que viven en la casa de acogida, de extractos sociales y culturales muy diversos, pero todas marcadas por la soledad, el miedo y también la esperanza de un futuro mejor. En el caso de Shayda, ella cuenta con el colchón afectivo de parte de la comunidad iraní de la ciudad, pues la parte más tradicionalista se pondrá del lado de su marido.

La película tiene el acierto de no pintar a Hossein como un monstruo, sino que nos muestra también su fragilidad, sus miedos, sus lágrimas sinceras. De esta forma, se evita caer en un maniqueísmo burdo que le habría quitado fuerza al personaje de Shayda. En cierto modo recuerda a la película de Icíar Bollaín Te doy mis ojos, que también trataba de humanizar al victimario.

Cinematográficamente estamos ante una cinta muy sólida y prometedora. Pero lo que más impacta es el magnífico trabajo de Zar Amir Ebrahimi, a la que conocimos en Holy Spider. Consigue transmitir muy bien las complejas vivencias del personaje, a menudo contradictorias, y ella y la niña sostienen por sí solas toda la fuerza dramática. Una película interesante, humana, dolorosa y esperanzada.

Shayda
Directora:

Noora Niasari

País:

Australia

Año:

2023

Género:

Drama

Público:

+12 años

Cartel de 'Shayda'