Seminaristas españoles, en la proclamación de san Juan de Ávila Doctor de la Iglesia universal. «Siguiéndólo, se puede ser un sacerdote santo» - Alfa y Omega

Seminaristas españoles, en la proclamación de san Juan de Ávila Doctor de la Iglesia universal. «Siguiéndólo, se puede ser un sacerdote santo»

San Juan de Ávila es, desde 1946, Patrono del clero secular español. Los seminaristas españoles han tenido en él, desde entonces, a un claro referente. «Es un modelo universal y seguro; siguiéndolo, se puede ser un sacerdote santo, con la gracia de Dios», afirma un diácono de Jerez. De Córdoba, sobre todo, pero también de otras diócesis andaluzas y del resto de España, acudieron a Roma numerosos seminaristas para la celebración

Juan Ignacio Merino
Vigilia de oración en la basílica de Santa María la Mayor, de Roma, presidida por el cardenal Santos Abril, el sábado 6 de octubre.

Miles de peregrinos españoles han llenado de alegría las calles de Roma. Además de 3 cardenales y 62 obispos, participaron en las celebraciones más de 500 sacerdotes y miles de fieles. Entre ellos, destacó la presencia de más de 150 seminaristas, que vivieron estas celebraciones de un modo especialmente intenso. Reflejaban el mismo entusiasmo que recordó, el lunes, durante la Misa de acción de gracias, el cardenal Rouco, arzobispo de Madrid: «Nosotros, que hemos vivido nuestro tiempo de seminaristas» entre los años 40 y los 50, «sabemos cómo se vivía y cómo se nos transmitía la grandeza espiritual y la luz que brotaba de esa personalidad de la historia de la Iglesia en España. No había pasado de Beato cuando le llamábamos maestro».

Se pudo ver a los seminaristas, la tarde anterior, en la basílica de Santa María la Mayor, que acogió una Vigilia, presidida por su arcipreste, el cardenal Santos Abril, que consistió en el rezo de Vísperas y la lectura de textos del nuevo Doctor. Al inicio, intervino el obispo de la diócesis de nacimiento de san Juan de Ávila, Ciudad Real, monseñor Antonio Ángel Algora, que agradeció al Papa el Doctorado. Le acompañaban más de 200 peregrinos procedentes de la provincia manchega. Entre ellos, estaba don Juan Carlos Torres, párroco de Almodóvar del Campo, el pueblo natal del santo, que mostró su alegría e ilusión. El pueblo se había preparado durante meses para este día, en lo espiritual, con Vigilias de oración, y también de forma material… Para aquellos que no han podido asistir, «se ha instalado una pantalla gigante para que todos vean la Misa del Papa», cuenta el párroco de Almodóvar.

Al término de la Vigilia del sábado, tomó la palabra el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ya que, en esta provincia, el padre Ávila pasó buena parte de su vida, hasta el día de su muerte. Juan de Ávila fue cura diocesano de Córdoba, pero éste «no es un título exclusivo ni excluyente», explicó don Demetrio. «Al contrario, en él nos sentimos incluidos especialmente todos los que hemos sido llamados a la santidad en el ejercicio del ministerio sacerdotal como sacerdotes diocesanos seculares». Hubo también una nutrida representación de otras diócesis en las que el santo dejó su impronta de modo más directo: Sevilla, Granada, Jaén, Asidonia-Jerez, Mérida-Badajoz… Ahora bien, «toda la Iglesia se goza de este acontecimiento, porque su doctrina es eminente y su influjo universal», sentenció don Demetrio Fernández. Por eso, el Papa le ha reconocido como Doctor.

Seminaristas para la nueva evangelización

San Juan de Ávila, a quien Pablo VI declaró Patrono del clero secular español, es un modelo a seguir especialmente para los sacerdotes y para los seminaristas. Esto explica la presencia de tantos jóvenes del Seminario diocesano Mayor y Menor San Pelagio, de Córdoba, y del Seminario diocesano-misionero Redemptoris Mater Nuestra Señora de la Fuensanta, de Córdoba. «Es toda la Iglesia quien reconoce que lo que san Juan de Ávila tiene que decirnos a nosotros, los seminaristas, como futuros sacerdotes y como cristianos, es algo muy importante, su doctrina no es algo que se quedó en el siglo XVI, sino que todo lo que leemos de san Juan de Ávila es de plenísima actualidad», comenta Antonio Escribano, seminarista de 29 años, del 5º curso del Seminario Mayor diocesano de Córdoba San Pelagio.

También para el Seminario diocesano-misionero Redemptoris Mater de Córdoba, que acudió al completo a Roma, el nuevo Doctor es un modelo para la nueva evangelización. «Es un maestro ejemplar para nuestro Seminario por su ardiente celo apostólico, su profundo conocimiento de la Palabra de Dios y su disponibilidad para ir a cualquier parte por amor a Jesucristo y a su misión», explica el rector, don José Julio Martín Barba. Para los seminaristas tiene un valor muy especial haber podido estar estos días en Roma, tan importantes para la Iglesia universal. «Nos sentimos en plena comunión con el Santo Padre Benedicto XVI, al convocar el Sínodo de los Obispos, ante la necesidad de una nueva evangelización, nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión», añade.

Otro Seminario que peregrinó al completo fue el de Asidonia-Jerez, ya que en esa diócesis fundó san Juan de Ávila el primer colegio de la Santa Cruz, en 1575, y para los seminaristas de Jerez, el nuevo Doctor es un claro modelo a seguir. «Es un modelo universal y seguro; siguiéndolo, se puede ser un sacerdote santo, con la gracia de Dios», afirma Javier Ramírez, diácono de Jerez.

Desde otras diócesis andaluzas como Sevilla, Granada, Jaén, Asidonia-Jerez, acudió también un gran número de peregrinos y seminaristas. Y también de otras regiones. Desde Murcia, por ejemplo, acudieron casi un centenar de peregrinos, la mayor parte procedente de la parroquia de San Juan de Ávila, de Murcia, el Seminario diocesano Mayor y el seminario diocesano-misionero Redemptoris Mater de Murcia.