Semanas Sociales: la regeneración de España necesita «la aportación de todos»
Sevilla acoge una nueva edición del foro social de la CEE marcada por la pandemia. En esta situación excepcional «no podemos aplicar remedios superficiales», ha dicho el arzobispo de Sevilla
El Real Alcázar de Sevilla ha sido el escenario de la apertura este jueves de la 43 edición de las Semanas Sociales organizadas por la Conferencia Episcopal Española. En un mensaje dirigido a los participantes de parte del Santo Padre, el cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano, ha pedido «reflexionar sobre procesos sociales que generen fraternidad y justicia para todos, avanzando hacia un orden social y político cuya alma sea la búsqueda del bien común». Para Parolin, «esta es la auténtica regeneración de la política y la vida pública», lo que «responde a su más alta vocación, la de ser una de las formas más preciosas de la caridad».
Por su parte, José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, destacó que el lema de esta edición —La regeneración de la vida pública. Una llamada al bien común y a la participación— «no puede ser de mayor actualidad y urgencia». Recordando el pensamiento del Papa Francisco, señaló que «es preciso generar un nuevo humanismo que canalice la irrupción de la fraternidad para terminar con la globalización de la indiferencia y la hiperinflación del individuo.
«Pero no podremos llevar a cabo esa tarea con trucos de maquillaje que tapan la realidad, o aplicando remedios superficiales», alertó, sino llegando «a la raíz de los problemas y aplicando los remedios pertinentes», de modo que generen en el individuo y en la comunidad «los valores morales y sociales que se consideran perdidos o han quedado disminuidos». Para Saiz Meneses, se trata de una tarea «profunda y compleja», que requiere «la aportación de todos los agentes e instancias de la sociedad».
Junto a ello, Bernardito Auza, nuncio apostólico del Papa en España, recordó que «como filipino y católico, siento un lazo umbilical con la ciudad de Sevilla», ya que «el 10 de agosto de 1519, Fernando de Magallanes y sus hombres partieron desde aquí y el 16 de marzo de 1521 llegaron a Filipinas llevando e introduciendo la fe cristiana en las islas».
«Se podría decir que fueron generadores de una nueva llamada al bien común de todos los pueblos», señaló Auza. Por eso, 500 años después, «los discípulos de Cristo tienen por vocación la participación activa en la vida pública, porqué es parte integrante de su propia fe», lo que lleva «a ponerla en práctica con gestos concretos en todos los ámbitos».
Por último, Jesús Avezuela, presidente de Semanas Sociales, incidió en que los orígenes de las Semanas Sociales «guardan cierto paralelismo con el momento actual», marcado por «una absoluta transformación social y del trabajo derivada de los procesos de tecnologización» y por «sentimientos de desencanto o desconfianza social hacia lo político».
Por todo ello, «necesitamos un impulso y una revitalización para diagnosticar y tratar algunos de los problemas de hoy», sobre todo en el contexto de esta pandemia, que «nos ha puesto de manifiesto más que nunca que a mayor interconexión, a mayor globalización, nuestros actos tienen un mayor impacto en el otro. Y eso supone que adquirimos una responsabilidad social mayor que va más allá de un mero cumplimiento de las normas que rigen en nuestro ordenamiento jurídico».
«Debemos contribuir a la vocación de los fieles laicos a renovar el orden temporal», defendió también el secretario general de la CEE, Luis Argüello, quien abogó por «promover la caridad política», algo que es «la espiritualidad propia de los laicos», que consiste en imbuir la caridad «en los ambientes propios de la vida». Por eso, «en este momento histórico hay que iluminar la caridad política» y por tanto «la acción personal y comunitaria en ambientes e instituciones, para vivir el coloquio entre razón y fe, Iglesia y sociedad, historia y reino de Dios».