Semana negra en Bangladés: 25 muertos en explosiones y 12.000 refugiados sin hogar
La Iglesia está ofreciendo ayuda económica y médica a las víctimas de la explosión de una planta de oxígeno en Chittagong, donde trabajan en condiciones precarias miles de migrantes internos
Una veintena de personas fallecieron el pasado martes en la explosión de un edificio en Daca. Mahid Uddin Khondekar, portavoz de la Policía, declaró a CNN al día siguiente que el número de víctimas mortales era de al menos 19, aunque habría que confirmarlo cuando terminaran las labores de búsqueda y rescate. El número de heridos asciende a 100, entre ellos 22 ingresados.
La explosión se produjo en una tienda de materiales de limpieza, a la entrada de un edificio de oficinas y comercios. Como el complejo estaba sobre una avenida muy concurrida, afectó también a los peatones. Es el último siniestro en lo que está siendo una semana negra en el país asiático.
Incidentes similares acontecidos el pasado fin de semana se saldaron con tres muertos y 40 heridos en una explosión el domingo en un edificio, también de la capital. Otras siete personas fallecieron en la explosión en la planta de oxígeno de una siderurgia en la ciudad oriental de Chittagong, la segunda más grande del país.
Incendio en el campo de refugiados
A ello se suma el masivo incendio que se produjo el domingo en un campo de refugiados rohinyá en Cox’s Bazar, y que dejó a 12.000 personas sin techo. Las autoridades del país anunciaron el pasado lunes la puesta en marcha de una investigación para esclarecer las causas. Además, espera esclarecer en los próximos días si hubo algún intento de sabotaje, que se produce cuando los recortes de ayuda humanitaria complican la ayuda a los refugiados.
De acuerdo con la agencia de la ONU para los refugiados, el resultado dejó unos 12.000 refugiados desplazados, más de un tercio de los 32.200 habitantes en el campo 11, más de 2.000 viviendas destruidas, y más de 90 instalaciones dañadas, incluidos hospitales y centros de aprendizaje. Los masificados campamentos de refugiados rohinyás son muy vulnerables a incendios por la deficiencia de las instalaciones, su masificación, y las frágiles chozas de madera, bambú y plástico que cubren el área.
Contactos con el Gobierno
En medio del sufrimiento, la archidiócesis de Chittagong se está volcando en ayudar a las víctimas de la explosión del 4 de marzo. Entre las víctimas se encuentran dos católicos de la etnia garo, según informó a UCA News y recoge OMP la hermana salesiana Zita Rema, directora de la Oficina para Migrantes de la archidiócesis. «Ayudamos a los heridos en el hospital ofreciéndoles supervisión médica y dinero. Ayudamos además a trasladar los cuerpos de las víctimas» para entregarlos a sus familias. También se han puesto en contacto con los dueños de la fábrica y el Gobierno para concertar el pago de ayuda económica a las familias de las víctimas.
La religiosa explicaba que en Chittagong viven varios miles de migrantes internos de diferentes regiones, incluidos varios cientos de católicos. Cerca de 5.000 migrantes internos católicos, en su mayoría de minorías étnicas, trabajan en diversos empleos de riesgo en fábricas de la zona, como en la industria de desguace de barcos, en acerías y plantas de oxígeno.
Según aclara EFE, este tipo de explosiones, a menudo relacionadas con accidentes industriales, así como los incendios son comunes en Bangladés, un país con escasas medidas de seguridad, construcciones precarias y donde suele haber además grandes aglomeraciones.
El 24 de abril de 2013, en el barrio de Savar en Daca, el derrumbe de un edificio de confección de ropa para marcas internacionales se saldó con 1.200 muertos y cerca de 2.500 heridos. En febrero de 2019, un incendio en el casco antiguo de la ciudad arrasó casi por completo siete edificios, ocasionando al menos 70 muertos y 55 heridos. El fuego comenzó en un inmueble en el que se encontraba un almacén de productos de plástico. El 4 de junio de 2022, un contenedor que transportaba peróxido de hidrógeno también explotó tras un incendio en un depósito de contenedores, causando al menos 50 muertos y varios cientos de heridos.