¿Se puede cumplir los mandamientos y no encontrar sentido a tu vida? El Papa responde
«Jesús mira en el interior de cada uno de nosotros» y «nos ama tal como somos realmente», asegura Francisco en el texto de la catequesis
A pesar de que el Papa salió el pasado domingo a la plaza de San Pedro para saludar a los fieles, la catequesis de este miércoles no ha contado con la presencia de Francisco, que todavía está convaleciente de su enfermedad. El texto, en el que el Santo Padre reflexiona sobre el joven rico, ha sido difundido a través de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, como viene siendo habitual desde el ingreso hospitalario del Pontífice.
La catequesis preparada por el Papa comienza de un modo muy gráfico, con la imagen de «un barco maravilloso, con una tripulación excepcional», pero que «si no levanta los lastres y las anclas que lo mantienen firme, nunca podrá partir». El joven rico «se construyó un barco de lujo, ¡pero se quedó en el puerto!», ha indicado el Santo Padre.
¿Por qué le ocurre eso al protagonista de la parábola? ¿Por qué no ha encontrado el sentido de su vida?, ha reflexionado Francisco, «si desde joven ha observado los mandamientos».
En su meditada respuesta, el Santo Padre destaca en primer lugar que el joven rico «no conoce el vocabulario de la gratuidad. Todo es una obligación. La vida eterna es para él una herencia, algo que se obtiene por derecho, a través de una meticulosa observancia de los compromisos». Pero en una existencia entendida así, «¿qué espacio puede tener el amor?»
El amor, por tanto, es una de las claves. «Jesús mira en el interior de cada uno de nosotros» y «nos ama tal como somos realmente». También al protagonista de esta parábola. Lo que ocurre, según el Pontífice, es que «el amor de Jesús es gratuito», que es «exactamente lo contrario de la lógica del mérito que atormentaba a esta persona». Por tanto, «somos realmente felices cuando nos damos cuenta de que somos amados así, gratuitamente, por gracia». Y esto también vale en las relaciones entre nosotros, ha subrayado el Papa: «mientras intentemos comprar el amor o mendigar afecto, esas relaciones nunca nos harán sentir felices».
De esta forma, para que el joven rico pueda encontrar el sentido, debe «vender» todo lo que le «pesa», todo lo que nos pesa, «para liberar nuestro corazón». No sirve de nada seguir quedándonos con las cosas, ha incidido Bergoglio, «sino más bien dar a los pobres, poner a disposición, compartir. Compartir».
Autosuficiencia e individualismo
Como segundo consejo, Francisco insta a este hombre «a no quedarse solo», porque entonces «nunca oiremos pronunciar nuestro nombre». Esto quizá puede ser lo que ocurra en la actualidad, donde «vivimos en una cultura de autosuficiencia e individualismo» en la que «nos descubrimos más infelices». En ella «ya no oímos pronunciar nuestro nombre por alguien que nos quiere gratuitamente».
Pero hay esperanza, ha concluido el Pontífice: «Tanto él como nosotros, tarde o temprano podemos cambiar y decidir ir mar adentro». Para ello, «hay que seguir a Jesús» y «vivir una relación» con Él. «Solo así, de hecho, será posible salir de la anonimidad».