Se presenta en España el proyecto brasileño que abre la puerta a la reinserción con una ducha
El Baño Solidario Vicentino que funciona en ocho localidades de Brasil es una de las iniciativas que se ha presentado en el primer encuentro internacional de la Sociedad de San Vicente de Paúl en Madrid
¿Se imagina ducharse y salir con la posibilidad de encontrar un trabajo? Si ya suena improbable para el común de los mortales, mucho más para una persona sin hogar. De hecho, para ella el hecho mismo de asearse asiduamente puede ser lo que se convierta casi en una utopía. Pero en Brasil es posible, si el protagonista tiene la suerte de cruzarse con alguno de los remolques de la iniciativa Baño Solidario Vicentino, puesta en marcha por la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP).
Desde 2020 y con financiación de la Comisión Internacional para Ayuda y Desarrollo (CIAD) —también vinculada a la Familia Vicenciana—, el proyecto ofrece la posibilidad de ducharse —productos de higiene incluidos—, afeitarse e incluso cortarse el pelo a más de 1.000 personas al mes. Son elementos clave «para ofrecer una vida más digna a las personas sin hogar», asegura Marcio José da Silva, presidente del Consejo Nacional de Brasil de la SSVP.
Baño Solidario cuenta con ocho instalaciones vinculadas a sus sedes por todo Brasil. De ellos, tres son fijos y cinco portátiles, con formato de remolque. «Son la mejor opción porque permiten acceder a cualquier punto de la ciudad y que el servicio llegue a un número mayor de personas sin hogar», explica Da Silva. El diseño ha sido elaborado por ingenieros y luego encargado a empresas especializadas.
Una nueva vida
El alcance va mucho más allá de que estas personas estén aseadas y se sientan a gusto. En el baño móvil también se les ofrece comida y ropa. Pero, sobre todo, al acudir se genera un espacio de escucha en el que se sienten cómodas para compartir sus necesidades e inquietudes. Esto es clave «para que los vicentinos comprendamos por qué están viviendo en las calles», explica el responsable de la SSVP en Brasil.
Es el primer paso para «procurar llevarlos de vuelta a su familia, darles una vida digna y sacarlos de esta situación, muchas veces cronificada», comenta el responsable. De hecho, además del baño en sí se ofrece «atención psicológica, psicosocial», derivaciones a clínicas terapéuticas y la posibilidad de empezar un proceso de búsqueda de empleo o de reunificación con su familia.
2.500 proyectos
Los 1.000 brasileños que cada mes acceden a este acompañamiento son solo una mínima parte de los 30 millones de personas cuyas vidas transforma cada día la Sociedad de San Vicente de Paúl a través de sus 2.500 proyectos sociales en 155 países. Es también uno de los que se ha dado a conocer este viernes en el marco del primer evento internacional de la organización caritativa en Madrid.
En el acto, que ha contado con la presencia de Elena de Borbón y Grecia, se ha presentado la Memoria Anual 2023 con representantes de los cinco continentes que han dado a conocer iniciativas como centros de formación profesional en Sudán del Sur, talleres para el desarrollo y progreso de las mujeres en la India o México, pasando por escuelas, guarderías, orfanatos, comedores sociales, hospitales y residencias para personas mayores. La SSVP llega incluso a Australia, donde sus patrullas nocturnas salen a buscar a personas sin hogar para ofrecerles asistencia básica y compañía.
En el ámbito de la asistencia sanitaria, en el Líbano la organización cuenta con un laboratorio móvil que realiza análisis de sangre gratuitos y ofrece consultas médicas a más de 3.000 personas en áreas de difícil acceso. Destaca también el Centro de Servicios Integrales Ozanam, en Hong Kong, donde se han proporcionado 3.000 tratamientos gratuitos de medicina tradicional china y acupuntura.
En España
Por su parte, la SSVP en España, popularmente conocida como Las Conferencias y que este año celebra el 175 aniversario de su fundación por Santiago de Masarnau, ayuda a más 156.000 personas cada año gracias a los 3.000 socios y voluntarios que atienden proyectos sociales destinados a familias, mayores, infancia y juventud, personas con adicciones, mujeres en situación de vulnerabilidad, personas sin hogar y migrantes. Una de sus principales acciones es el acompañamiento a pacientes y familiares, contribuyendo a la humanización de la asistencia sanitaria.