Se cumplen 20 años del asesinato de la misionera que dio nombre a un búho
Dorothy Stang es la primera mujer americana cuyas reliquias reposan en la basílica romana dedicada a los mártires contemporáneos. Le dieron muerte por defender a los campesinos e indígenas del Amazonas
El búho chillón de Xingu es un ave nocturna oscura, de unos 15 centímetros de alto, que fue descubierta y descrita en 2021. Solo habita en una pequeña zona de la selva brasileña. Un área que hoy es terreno protegido gracias a una misionera asesinada allí en 2005. Se trata de Dorothy Mae Stang, cuyo nombre tomaron los descubridores de este tipo de búho chillón para su denominación científica: Megascops stangiae.
El 12 de febrero de 2005, muy temprano, seis disparos a quemarropa acabaron con la vida de Dorothy Stang, de las Hermanas de Notre Dame de Namur, en una carretera de Anapu, en el estado brasileño de Pará. Biblia en mano, se dirigía al proyecto de desarrollo sostenible Boa Esperança, donde se estaban quemando terrenos de campesinos e indígenas. Al ver que hombres armados la rodeaban, abrió el libro sagrado y comenzó a leer de él antes de que la acribillaran.
20 años después, el obispo de la diócesis de Xingu-Altamira (PA), João Muniz Alves, la describe como «defensora de la vida y del medio ambiente». Sostiene que su muerte violenta responde a su «lucha por la vida de los pobres en la Amazonía». «Somos región de mártires», constata. De hecho, durante el Sínodo sobre la Amazonia, Stang fue descrita como «mártir de la ecología integral».
Además, en vísperas de la conmemoración de su asesinato, se convirtió en la primera mujer americana cuyas reliquias se conservan en la basílica de San Bartolomé, en Roma, convertida en santuario en honor de los «nuevos mártires» del siglo XX desde 2002. De Stang, se conserva en el templo desde hace unas semanas tierra empapada en sangre obtenida del lugar de su asesinato.
Contra ganaderos y leñadores
Nacida en Dayton (Ohio, Estados Unidos) Stang hizo los votos perpetuos en 1956 en la congregación de las Hermanas de Notre Dame de Namur. Diez años después fue destinada a Brasil. Allí luchó por la emancipación del municipio de Anapu, fundó 39 escuelas comunitarias y 35 comunidades cristianas de base, a las que impartía formación bíblica, y acompañó la fundación de una escuela de profesores.
Al mismo tiempo, defendió la reforma agraria. Y no dudó en enfrentarse a ganaderos y leñadores que usaban tácticas ilegales para presionar a la población local para que abandonara su tierra. Solo una semana después de su muerte, el presidente Luis Inácio Lula da Silva declaró ese territorio como tierras protegidas para el desarrollo sostenible.
Hoy la religiosa «vive en la historia y la lucha del pueblo, en el viaje de las comunidades eclesiales de base y las peregrinaciones al bosque, en la literatura de cordel», un género típico del nordeste brasileño en el que se recoge la tradición oral en folletos que luego son expuestos. También «en los corazones y en las vidas de las personas que reclaman sus derechos y luchan por una ecología integral», escribe el obispo Muniz Alves. «La hermana Dorothy está viva y repleta de signos de vida. Ella es un icono y fuerza mística en el andar del pueblo amazónico».