Se abre un debate interno en el Islam - Alfa y Omega

Se abre un debate interno en el Islam

Redacción
Conferencia organizada por la Universidad Al-Azhar sobre extremismo y terrorismo, celebrada en El Cairo, el 3 y 4 de diciembre de 2014

Los atentados de París han suscitado una condena generalizada por parte de las autoridades musulmanas de todo el mundo, también las de países como Arabia Saudí y otras monarquías del Golfo, que han contribuido al crecimiento del fenómeno yihadista. Estas manifestaciones públicas de rechazo muestran que algo empieza a moverse dentro del Islam, cuyos representantes máximos a menudo han permanecido silenciosos ante la matanza de cristianos y miembros de otras minorías en Irak, Siria o Nigeria.

El Gran Imán de la Universidad de Al Azhar, en El Cairo, considerada el principal centro académico sunita, anunció el martes, tras un encuentro con el Primer Ministro de Irak, la organización de un encuentro que reunirá próximamente a líderes religiosos sunitas y chiítas para abordar el fenómeno de la violencia sectaria. A comienzos de diciembre, Al Azhar reunió a 700 académicos y representantes de 120 países en un congreso que denunció la violencia en nombre de Dios. En la declaración final, se animó a los cristianos perseguidos a no abandonar «sus tierras de origen». Por otro lado, a comienzos de año, el Presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, dirigió un discurso a los responsables de Al Azhar (nombrados por la autoridad política), en el que afirmó que el mundo musulmán no puede seguir siendo percibido «como una fuente de ansiedad, peligro, muerte y destrucción» por parte del resto de la Humanidad. Se necesita una «revolución religiosa» que traiga al Islam «una visión más iluminada del mundo».

«El Islam debería afrontar a fondo las temáticas de la modernidad: la interpretación a fondo del Corán, la no violencia, la libertad de conciencia…», escribe el jesuita e islamólogo egipcio Samir Khalil Samir en Asianews. «Al menos, el 80 % de los ataques terroristas en el mundo se realizan en nombre del Islam», y esa violencia se extiende cada vez más a Occidente, que, a su juicio, debería plantearse un mayor control estatal de las mezquitas, como ocurre en los países musulmanes. Pero, sobre todo, asistimos a «una lucha interior» en el seno de la comunidad musulmana, por ver quién profesa el Islam más auténtico. «Mientras el Islam, en vez de pelearse con los otros (apóstatas, cristianos, Occidente, ateos), no haga autocrítica y reconozca que el problema está en su interior, no se saldrá de esto, y los países islámicos estarán siempre caracterizados por la guerra entre ellos».