Sant'Egidio: La ejecución de Kenneth Smith ha sido «injusta, inútil e inhumana»
El movimiento católico, que se había movilizado para frenar su muerte por asfixia con nitrógeno, agradece la implicación de decenas de miles de personas que se sumaron a su campaña. Son «luces en la oscuridad», ha afirmado
Alabama ejecutó el pasado jueves a Kenneth Eugene Smith, condenado a muerte por el asesinato de la mujer de un pastor en marzo de 1988. Era la segunda vez que el Estado norteamericano intentaba terminar con la vida de Smith, la primera a través de una inyección letal fallida. El método utilizado en esta segunda ocasión ha sido una novedad: la asfixia con nitrógeno.
Días antes, la Comunidad de Sant’Egidio había denunciado en una rueda de prensa en Roma el método «bárbaro» e «incivilizado» de esta metodología. Pidió que dicha ejecución fuera detenida, «porque el mundo no puede regresar a la era de matar a gente mediante métodos cada vez más bárbaros».
Tras la ejecución, la organización eclesial, fuerte defensora de la abolición de la pena de muerte, ha mostrado en un comunicado su agradecimiento «a todos aquellos que apoyaron la batalla para salvar la vida de Kenneth Smith». Un agradecimiento «triste, lleno de dolor por una muerte injusta, inútil e inhumana».
Tal y como señala el texto, hubo «decenas de miles de llamamientos en pocas horas, aunque no fueron escuchados por quienes tenían el poder de perdonarle la vida». Son, sin embargo, «luces en la oscuridad de este momento tan doloroso para quienes creen en la humanidad, en la posibilidad de cambio y en la redención de cada hombre. En una palabra, para quienes creen en la vida».
La Comunidad de Sant’Egidio concluye reafirmando su posición contra la pena capital: «La esperanza es que nuestras miles y miles de luces puedan atraer las miradas y tocar los corazones de muchos, para que juntos podamos hacer este mundo nuestro más humano y liberarlo para siempre de la pena de muerte».