Santa Anna (Barcelona) abre por la noche ante la ola de frío
Diez personas sin hogar en una situación especialmente difícil duermen estos días en la nave central de esta iglesia hospital de campaña
Tras el temporal Filomena, no ha llegado la calma para las personas sin hogar. La ola de frío que sigue a la borrasca está golpeando en todo el país a este colectivo especialmente vulnerable. En los últimos días, solo en Barcelona, han fallecido dos personas. Allí, la iglesia hospital de campaña de Santa Anna ha decidido abrir por la noche para acoger a diez personas sin hogar en una situación especialmente difícil.
Según explica a Alfa y Omega Peio Sánchez, rector de Santa de Anna, les han hecho un hueco en la nave central del templo para que puedan guardar la distancia de seguridad por la COVID-19. Además, continúan con el resto de los servicios –alimentación, médico, psicológico, de acompañamiento espiritual, social y laboral– a los que acuden normalmente unas 120 personas.
Además de cobijar del frío nocturno a una decena de personas, este gesto, explica Sánchez, pretende remover la conciencia de la sociedad y que esta y la Administración aborden el problema de fondo: la dificultad para acceder a una vivienda digna. Un problema que, según el sacerdote, se va a agravar en los próximos meses pues «hay un colectivo de familias vulnerables a las que no están llegando las ayudas». Y añade: «Vamos a tener más personas en la calle».
Espacios pequeños
En este sentido, es partidario de promover la acogida en equipamientos pequeños, porque, además de respetar las normas sanitarias por la pandemia, permite una relación más personal y, por tanto, «es más humanizadora». Así, propone que la iniciativa de Santa Anna se pueda replicar en otras iglesias, en gimnasios, bibliotecas… «espacios que están cerrados por las noches».
Con todo, Peio Sánchez lamenta que «los dispositivos públicos están respondiendo mal a las emergencias». «Las administraciones están demasiado pendientes de los procedimientos y cuando llegan las situaciones de emergencia actúan con lentitud. La ola de frío ha coincidido con la emergencia por la COVID-19 y la emergencia social con mucha gente en situación de vulnerabilidad y en la calle. La respuesta no es suficiente», añade.
En su opinión, los poderes públicos tienen una responsabilidad, pero también los ciudadanos: «Una respuesta consciente de estos mueve a las administraciones».
Sánchez, que participó este martes en una reunión virtual de las iglesias hospital de campaña, asegura que tanto la situación con la lectura de ella se repite en otras ciudades como Madrid o Valencia.