San Telmo deja huella en 621 lugares del mundo - Alfa y Omega

San Telmo deja huella en 621 lugares del mundo

Se retoma el impulso a la canonización del beato Pedro González con un mapamundi que revela su presencia en todo el globo

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Jesús Robles en una de sus sesiones de búsqueda para el Mapa de San Telmo
Jesús Robles en una de sus sesiones de búsqueda para el Mapa de San Telmo. Foto cedida por Jesús López Robles.

¿Qué es lo que tienen en común un restaurante de la plaza Meyers, en el centro de Melbourne (Australia), un convento de dominicas en Umzumbe (Sudáfrica), y un desfiladero a 2.000 metros de altura en el estado de Washington, al noroeste de Estados Unidos? Todos ellos llevan el nombre de san Telmo, un fraile español del siglo XII cuyas huellas se pueden rastrear en 621 lugares de todo el mundo gracias al Mapa Mundial de San Telmo, una iniciativa de Jesús Robles Vallejo, miembro de la cofradía dedicada al santo en Frómista (Palencia), su lugar de nacimiento.

En el año 2012, Robles Vallejo estaba viendo en televisión las noticias sobre las elecciones al Parlamento de Andalucía y comprobó que muchas conexiones se hacían desde la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, el palacio sevillano de San Telmo. «Me pareció curioso que llevara ese nombre y me puse a investigar. Así encontré otros lugares llamados San Telmo y llevo desde entonces buscando sus huellas en todo el mundo», afirma.

De este modo, Robles Vallejo ha encontrado 621 geolocalizaciones en 42 países de los cinco continentes. Eso incluye iglesias y edificios religiosos, pero también establecimientos, pueblos, calles, plazas o accidentes geográficos que llevan el nombre del santo. Con todo ello ha elaborado un mapamundi que está sirviendo para retomar la causa de canonización del beato Pedro González, el verdadero nombre de san Telmo.

Entre las olas
Estatua de Pedro González

El beato Pedro González es el patrono de los marineros de todo el mundo. Poco después de ser enterrado en Tuy, ya circulaban por Galicia noticias de milagros entre las gentes del mar, que invocaban su protección en la tormenta. De hecho, fue adquiriendo el nombre con el que hoy se le conoce cuando los marinos pedían un viento telmo, calmo, plácido. Muchas cofradías de pescadores y marineros se fundaron bajo su advocación, y hasta hace bien poco fue el patrono de la Marina española.

Lo que empezó siendo un mero conglomerado de puntos en un mapa empezó a ser clasificado por Robles en nueve apartados temáticos. Para ello «me tenía que ir a veces a la página 9 de mis búsquedas en Google, la que no ve ya nadie», dice con humor. Además, tuvo que averiguar cómo se denomina a san Telmo en otros idiomas, algo que a veces se escapa de una mera traducción, pues por ejemplo en ciertos lugares de Galicia y Portugal se le conoce con el nombre de Corpo Santo. Así, ha descubierto que «en algunas partes del mundo tiene muchísima presencia para tratarse de un simple dominico de Frómista, en la Castilla profunda», añade.

Efectivamente, san Telmo fue un sacerdote español que siendo canónigo de la catedral de Palencia experimentó una segunda conversión por la que decidió pedir la admisión en la Orden de Predicadores, donde destacó por su oratoria. Después de acompañar al rey Fernando III en la reconquista de Córdoba, estuvo evangelizando en Asturias y en Galicia, para acabar muriendo en 1246 en Tuy, en cuya catedral reposan hoy sus restos. Su fama de milagrero se desató al poco de morir y eso sirvió para arrancar su causa de canonización. El 1741, el Papa Benedicto XIV lo declaró beato, pero el culto popular en todo el mundo ya lo había entronizado como santo con el nombre de Telmo.

Un proceso por acabar

Hace apenas dos semanas el obispo de Palencia, Mikel Garciandía, llegó hasta Roma para dar un nuevo impulso a la causa del beato y propiciar así una próxima canonización. Para ello se valió del Mapa de San Telmo elaborado por Robles Vallejo, entre otros documentos.

A Garciandía le acompañaron el sacerdote Guillermo Juan Morado, de la diócesis de Tuy-Vigo, y el dominico Luis Miguel García Palacios, prior del convento de San Pablo, en Frómista, donde san Telmo tomó el hábito. «Dada la devoción a él extendida por el mundo entero, estamos valorando la vía de la canonización equipolente, un procedimiento excepcional para el que no haría falta un milagro, sino únicamente un decreto firmado por el Santo Padre», explica García Palacios.

Huella de san Telmo en todo el mundo

El dominico cuenta que durante la reunión en el Dicasterio para las Causas de los Santos «vieron con buenos ojos esta posibilidad». Al día siguiente, los tres españoles pudieron presentarle el proyecto al mismo Papa Francisco, que «nos recibió con muchísimo afecto porque uno de los barrios más populares de Buenos Aires, donde él fue obispo, lleva el nombre de San Telmo».

Se da la circunstancia asimismo de que el culto a este peculiar personaje se sigue renovando a día de hoy, hasta el punto de que en la actualidad existe, por ejemplo, una procesión que recuerda una de sus posibles intervenciones más recientes: la curación milagrosa de un niño mexicano en Yucatán, acaecida en 1975. «Si hiciera falta, este milagro se podría aportar al proceso», explica Robles Vallejo, para quien la canonización de san Telmo «sería una cuestión de justicia. Vayas por donde vayas, todo el mundo le tiene por santo y debería estar ya canonizado. Y si ya lo estuviera, su culto estaría todavía más extendido».