La parroquia San Miguel Arcángel es una «alianza de generaciones» y da calor al barrio - Alfa y Omega

La parroquia San Miguel Arcángel es una «alianza de generaciones» y da calor al barrio

Desapareció durante más de un siglo, pero esta parroquia se alzó de nuevo en Carabanchel. De la mañana a la noche es, para todos, «el hogar de los pequeños»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La fachada del templo actual, en estilo neomudéjar.
La fachada del templo actual, en estilo neomudéjar. Foto: San Miguel Arcángel Carabanchel.

Cuando uno habla con los párrocos de Madrid es frecuente que en algún momento de la conversación aparezca la frase: «Antes todo esto era campo». Con la parroquia San Miguel Arcángel de Carabanchel sucede lo mismo, pero, en este caso, la historia del templo viene de lejos. El edificio original respondía al nombre de San Miguel de los Octoes y fue uno de los primeros diez templos de la ciudad, mencionados en el Fuero de Madrid de 1202. Sus muros resultaron muy afectados por el incendio de la plaza Mayor de 1790 y pocos años después, durante la reforma urbanística de José Bonaparte, el templo acabó siendo derribado por entero. 

Sin embargo, reapareció varios kilómetros al sur y muchos años después. Fue en 1912 cuando se alzó de nuevo en el extrarradio de la ciudad. Durante la Guerra Civil, el párroco, el sacristán y varios fieles fueron martirizados y el techo del templo fue incendiado. Las imágenes se destruyeron todas, salvo la de san Miguel, que fue milagrosamente indultada. 

Un día de excursión en las vacaciones parroquiales.
Un día de excursión en las vacaciones parroquiales. Foto: San Miguel Arcángel Carabanchel.

Han pasado ya muchos años de todo esto, pero la comunidad «sigue en permanente reconstrucción desde la Palabra y del Espíritu», afirma su párroco, Miguel Ángel Torrente. Hoy este lugar donde antaño recalaban los más pobres se está transformando a pasos agigantados. «En los últimos años, la zona ha acogido a muchos inmigrantes y gitanos procedentes de realojos, pero se está construyendo mucho y tiene pinta de que el barrio se va a convertir en el nuevo Soho», añade en alusión al célebre barrio de Londres. «Lo mencionan hasta revistas internacionales de arquitectura».  

Más allá de eso, la parroquia «sigue presente en el barrio como siempre, siendo el hogar en el que todos se puedan encontrar con Dios y con los hermanos». Para lo primero, San Miguel Arcángel de Carabanchel propone una intensa actividad de oración y liturgia en la que destacan los jueves eucarísticos, con la iglesia abierta todo el día y un broche final de adoración y alabanza. El resto de días de la semana las puertas las abre la Comunidad Oracional, fieles que se levantan pronto y van al templo a tener un rato de oración compartida antes de empezar la jornada. 

Los mayores comparten la vida en los locales del templo.
Los mayores comparten la vida en los locales del templo. Foto: San Miguel Arcángel Carabanchel.

La comunión se cuida especialmente gracias a iniciativas como las dos tandas de ejercicios espirituales anuales, el café para padres de niños de Primera Comunión, las peregrinaciones o las vacaciones parroquiales en verano. «Queremos hacer familia porque la gente después de la pandemia se quedó muy fría, y necesitábamos encontrar ese calor de nuevo», explica Torrente. 

El deseo de llevar a los jóvenes a Dios, de que «aprendan a ser santos y encuentren en la Iglesia su casa», lo llevan a cabo a través de un club juvenil, un equipo de fútbol que participa en la liga del Ayuntamiento, la comunidad Magis o los retiros Bartimeo. En cuanto a los mayores, aparte del grupo Cenáculo —al que acude hasta alguna nonagenaria—, San Miguel Arcángel participa del proyecto Tenéritas, que busca en primer lugar «cambiar la mentalidad de la comunidad y hacer ver a todos que ellos también son protagonistas». En esta «alianza de generaciones», hay actividades compartidas entre todas las edades y existe un libro con los datos de todos aquellos de más edad, para llamarlos de vez en cuando y visitarlos cuando no pueden ya acercarse a la iglesia.

Campamento urbano de verano para los más jóvenes.
Campamento urbano de verano para los más jóvenes. Foto: San Miguel Arcángel Carabanchel.

La labor caritativa tiene el mismo enfoque. Por eso existen los llamados Círculos de Fraternidad, en los que voluntarios acompañan a los más necesitados «partiendo de que somos hermanos y de que, si es necesario, vamos a tu casa a verte y conocernos más», atestigua el párroco. «No queremos que nadie se pierda», concluye Torrente. «Y por eso consideramos la parroquia el hogar de los pequeños, sabiendo que pequeños somos todos».