San José María Rubio, SJ
El 2 de mayo de 1929 moría en Aranjuez José María Rubio, SJ, canonizado en Madrid por san Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003. Litúrgicamente el 4 de mayo es memoria obligatoria en Madrid, Alcalá, Getafe y Almería y memoria libre en la Compañía de Jesús.
Había nacido en Dalías (Almería) de padres campesinos, Francisco y Mercedes, el 22 de julio de 1864, el mayor de doce hermanos. Su tío José María, canónigo, lo llevó a estudiar bachillerato en la capital pero, al comprobar que tenía vocación sacerdotal, lo llevó al seminario de Almería y después al de Granada, donde cursó estudios eclesiásticos. Otro canónigo y profesor, Joaquín Torres, comenzó a protegerlo y se lo trajo a Madrid; en 1887 lo matriculó en el seminario diocesano –que entonces estaba en la calle de La Pasa–y el 24 de septiembre fue ordenado presbítero. Celebró su primera Misa el 8 de octubre en la capilla del Buen Consejo de la entonces catedral de san Isidro, en la que había recibido su vocación san Luis Gonzaga. En 1888 obtuvo la licenciatura en Teología y en 1897 la licenciatura en Derecho Canónico.
Coadjutor desde 1887 (nueve meses) en Chinchón y administrador parroquial desde 1889 (dos años) en Estremera, antes del amanecer ya estaba orando en la iglesia; atendía a la catequesis de niños, vivía austeramente y cuidaba generosamente a pobres y enfermos. Se dejó convencer para opositar a una canonjía en la catedral pero, al suspender, fue nombrado profesor de Latín, Filosofía y Teología Pastoral en el seminario; después, notario de la Curia y capellán de las monjas Bernardas (actual catedral castrense). Dedicaba largas horas al confesionario, a la catequesis en las escuelas dominicales, a cuidar de traperos, parados y golfillos, y dirigía tandas de ejercicios espirituales. Pasaba muchas noches en oración. En 1904 peregrinó a Roma y a Tierra Santa.
Se decía «jesuita de afición» y, cuando murió su protector, Torres, ingresó el 11 de octubre de 1906 en la Compañía de Jesús, en Granada, y emitió sus primeros votos el 12 de octubre de 1908. Después de trabajar en Sevilla fue destinado a Madrid y, en La Ventilla, desarrolló un intenso apostolado. Cura diocesano 19 años y 23 jesuita. Fue llamado «apóstol de Madrid». Su cuerpo yace en el claustro de la parroquia de San Francisco de Borja.