El veterano director de series de televisión Reginald Hudlin afronta un proyecto Disney basado en hechos reales ocurridos en 2009 y rodado en los escenarios auténticos. Hablamos de la historia de Ray-Ray McElrathbey (Jay Reeves), un joven que recibe una beca a cambio de jugar en el equipo de fútbol americano de la Universidad de Clemson, los Clemson Tigers. Todo le va bien: saca buenas notas, es un gran deportista, ha conocido a una chica encantadora (interpretada por cierto por la hija de Jamie Foxx, Corinne)… Pero un día su madre, drogadicta, es detenida y Ray se ve ante una difícil alternativa: o se hace cargo de su hermano pequeño o este se va a un centro de acogida. La vida que lleva y su estatus de becado le impiden ocuparse de su hermano. Al menos de forma legal.
Esta película transpira marca Disney por los cuatro costados, y es profundamente yanqui en su arquitectura de valores: la ética de pertenencia, la voluntad de superación, la fe en el éxito, la mística de equipo… Estas categorías, que al espectador poco amante de lo hollywoodiense pueden poner nervioso, envuelven sin embargo una hermosa e interesante historia de acogida. En el cine hay muchas y buenas historias de acogida y adopción, pero a menudo damos poca importancia a las películas que abordan lo que en España se llama «acogimiento en familia extensa», cuando es un miembro de la familia el que acoge al menor: tíos, abuelos… o como en este filme, hermanos. Para añadir más complejidad al asunto, el pequeño Fahmarr no es un niño fácil, y su madre tampoco está dispuesta a renunciar alegremente a su tutela en favor de su hijo mayor. Estos ingredientes hacen que la cinta no sea la enésima historia de superación en un entorno deportivo universitario, sino algo más y mejor. Por otra parte, la película señala expresamente una cuestión importante: no se puede afrontar en solitario la aventura del acogimiento, no funciona la autosuficiencia, se necesita de los demás, como explicita Ray en sus alegaciones ante la NCAA.
Como pega, se le puede reprochar al filme la ausencia de verdaderos antagonistas. Todos acaban siendo compañeros maravillosos, entrenadores estupendos, e incluso los que apuntan malas maneras acaban siendo perros ladradores, pero poco mordedores. La verdad es que no viene mal un poco de espíritu capriano en los tiempos duros que vivimos.
Tampoco falta el ingrediente romántico, bastante convencional, pero que permite engrasar una historia con muchos elementos dramáticos. La puesta en escena es muy clásica, y procura que los amantes del cine deportivo no se vayan decepcionados. A la trama del hermano de Ray, objetivamente dura y difícil, se la trata de aderezar, cuando se puede, con elementos de humor que permitan a los más jóvenes conectar con una película con tanto contenido adulto.
En definitiva, Safety es una resultona cinta familiar de sobremesa, positiva, que se puede disfrutar en Disney+. Como curiosidad, cabe añadir que actualmente Ray trabaja como asesor en casos de crisis familiares y en situaciones familiares de sin techo.
Reginald Hudlin
Estados Unidos
2020
Drama
+11