La masacre en la escuela rusa de Beslán cumple 20 años

El pueblo ruso ha conmemorado este domingo los 20 años de la toma de rehenes llevada a cabo por un comando islamista en una escuela de la ciudad rusa de Beslán en la que murieron 334 personas, entre los que se encontraban 186 niños, y más de 750 heridos.

El emotivo recuerdo a los fallecidos ha tenido lugar en la iglesia de la Dormición de la Santísima Virgen María de San Petersburgo, donde grupos de exalumnos de la escuela que sobrevivieron se han reunido en el patio con retratos de sus compañeros asesinados y flores. Después, los supervivientes y las autoridades han depositado flores en el antiguo gimnasio carbonizado de la escuela, que se ha convertido en un memorial.

Todo comenzó el 1 de septiembre de 2004, día del inicio del año escolar, cuando un grupo armado compuesto por chechenos e ingusetios irrumpió en la escuela número 1 de Beslán y secuestró a más de mil personas entre padres, profesores y alumnos. Durante más de 50 horas, fueron retenidos en condiciones atroces, sin agua, e incluso varias personas fueron ejecutadas.

Dos días después, el 3 de septiembre, una doble explosión dentro del gimnasio de la escuela sembró el pánico, y los niños intentaron huir bajo los disparos de los secuestradores. Estas explosiones llevaron a las fuerzas especiales rusas a lanzar un caótico asalto que terminó en un gran baño de sangre.

El Comité de Madres de Beslán, que agrupa a mujeres que perdieron a sus hijos y que exigen la puesta en marcha de una investigación independiente, ha organizado una rueda de prensa. Las mujeres se reunieron con el presidente Putin cuando visitó la escuela y una de ellas, Susanna Dudiyeva, relató que le plantearon sus preguntas «sobre la acción o inacción de los mandos policiales federales y regionales», sobre la que no obtuvieron respuesta, según ha informado un canal local en Telegram.

Este atentado, el más mortífero en la historia de Rusia, ocurrió durante la segunda guerra de Chechenia, que enfrentaba al ejército ruso contra una rebelión separatista que se estaba islamizando gradualmente. El conflicto fue finalmente ganado por Moscú, que fue acusado de haber matado a decenas de miles de civiles.

El ataque de Beslán marcó el punto culminante de las atrocidades cometidas en el marco de las dos guerras de Chechenia y la mala gestión de esta crisis, así como la ausencia de negociaciones provocaron protestas, encabezadas por el Comité de Madres de Beslán, que logró en 2005 la dimisión del entonces jefe de esa república, Alexander Dzasokhov.

En 2017, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos consideró que las autoridades rusas habían tomado medidas de prevención «insuficientes» y reprochó un uso desproporcionado de la fuerza durante el asalto a la escuela. Además, el organismo condenó a Moscú a pagar más de 3,32 millones de dólares a 409 demandantes, exrehenes heridos y familiares de las víctimas.