Rezandovoy cumple cinco años ayudando a orar a 350.000 personas - Alfa y Omega

Rezandovoy cumple cinco años ayudando a orar a 350.000 personas

«¡Ahí va! He oído mil veces este texto del Evangelio y nunca se me había ocurrido esto», piensa a veces Mariló al escuchar las meditaciones de Rezandovoy en su móvil

María Martínez López
Clara con su novio, durante el Camino de Santiago que hicieron con la compañía de Rezandovoy. Foto: Archivo personal de Clara Bolaño

Cada mañana, después de dejar a su hija pequeña en el colegio, Mariló va a Misa antes de seguir con la compra y el resto de tareas del día. De camino, esta ama de casa de Valladolid se pone los cascos; no para escuchar música o las noticias, sino para «centrar el día» gracias a la aplicación Rezandovoy. El audio de 12 minutos, con una meditación sobre el Evangelio y algo de música, «te obliga a sacar ese rato para Dios. Yo me distraigo mucho. A veces tengo que rebobinar. Pero me distraería más aún si rezara sola en casa. Y hay veces que dices “¡Ahí va! He oído mil veces este texto del Evangelio y nunca se me había ocurrido esto”».

Cada día, 350.000 personas en 150 países, sobre todo de Hispanoamérica –el 60 %–, comparten la experiencia de Mariló. El 80 % lo hace a través de su móvil, y el resto en la página web www.rezandovoy.com. Vilma, en Guatemala, lo escucha en su grupo de oración. Susana, en Paraguay, se lo pone cuando va en coche. Teresa, chilena afincada en España, reza con la aplicación antes de dormir.

20.000 visitas en el primer mes

Este sábado, Rezandovoy celebrará en Valladolid su quinto aniversario. La iniciativa nació en esta ciudad de la mano del jesuita José María Rodríguez Olaizola y de otras dos personas vinculadas a la Compañía de Jesús. «Teníamos la percepción de que había esa demanda –explica Félix Cuadrado, alias Sinclair, miembro del equipo–. Sabíamos que había gente de España que cada día se descargaba Pray as you go», la iniciativa de los jesuitas ingleses que inspiró Rezandovoy. Las 20.000 visitas del primer mes superaron las apuestas de la porra que habían hecho.

Mariló con su hija. Foto: Archivo personal de Mariló Garrido

Desde entonces, el equipo se ha duplicado; y cuentan además con casi cien voluntarios –no solo del entorno de los jesuitas– para escribir y grabar las oraciones. También el proyecto ha evolucionado: además de las aplicaciones para móvil, han ido surgiendo oraciones para ocasiones especiales como un cumpleaños, la pérdida de un ser querido o «tiempos de política difícil»; audios semanales para niños; otros para preparar la JMJ de Cracovia, o un itinerario para peregrinaciones, adaptable a distintas duraciones.

Clara Bolaño, estudiante de Medicina, es experta en esta última modalidad. Ha hecho el Camino de Santiago cinco veces en cinco años, y siempre acompañada por Rezandovoy. «Lo he hecho tres veces con los jesuitas, y dos con mi pareja. Al principio lo hacíamos con la meditación de Rezandovoy del día y, desde que salió, con el itinerario para peregrinaciones. Sin este apoyo, es muy fácil entretenerte y olvidarte de buscar un momento de dedicación exclusiva para Dios» al caminar. Cuando peregrinaba en grupo, cada día todos dedicaban un rato por la mañana a escuchar la meditación individualmente, y al final del día compartían lo que les había sugerido. Con su novio, «lo poníamos por la mañana en el altavoz del móvil, y después lo comentábamos».

De la red a la vida, y vuelta

Aunque esté pensado para facilitar la oración personal, Rezandovoy también ha ido creando comunidad. «A la redacción llegan cantidad de correos electrónicos y siempre que puedo contesto –explica Cuadrado–. La gente escribe para darnos las gracias, o para pedir un guion de oración para alguna circunstancia concreta. Incluso hay veces que pasan por Valladolid y vienen a visitarnos. Con todo, la gran comunidad está ahora mismo en las redes sociales», donde la gente comparte y comenta los contenidos.

Experto en ello es José María Morillo, un joven que desde 2013 ha encontrado en Rezandovoy un complemento a su hora de oración matutina. Para compartir lo que ha recibido, «cada día preparo alguna imagen con lo que me ha sugerido la meditación de Rezandovoy, y la subo a Instagram. Me gusta escucharlo mientras miro a la gente en el metro. A veces, después de rumiarlo durante todo el día, la idea que más te ayuda es muy distinta a la primera con la que te quedaste».