Reparar - Alfa y Omega

Durante su viaje al Reino Unido, hace ya más de una década, el Papa Benedicto XVI reunió en Birmingham a todos los obispos británicos para advertirles de que «el vergonzoso abuso de niños y jóvenes por sacerdotes y religiosos» socava seriamente «la credibilidad moral de los líderes de la Iglesia».

El Papa subrayó «las profundas heridas que ese comportamiento causa, en primer lugar y ante todo a las víctimas, pero también a la relación de confianza que debe existir entre los sacerdotes y la gente» y «entre las autoridades de la Iglesia y el público».

Les urgía a «proporcionar un apoyo apropiado a las víctimas», y les preguntaba: «¿Qué mejor modo de hacer reparación por estos pecados que salir al encuentro, con espíritu humilde y compasivo, de los niños que continúan sufriendo estos abusos en otros lugares?».

Esos principios de dar «el primer lugar a las víctimas», «proporcionar un apoyo apropiado» y, sobre todo, «hacer reparación» son los que inspiran a Repara, el proyecto de la archidiócesis de Madrid que acaba de proporcionar una ayuda gigantesca a la Iglesia española con su vídeo Falsas creencias sobre los abusos y sus consecuencias, disponible en la web repara.archimadrid.es.

Es el mejor resumen, en apenas cuatro minutos, de lo que llevan enseñando los tres últimos Papas desde que san Juan Pablo II inició el magisterio explícito con su carta del 11 de junio de 1993 a los obispos norteamericanos. Sí, hace 28 años…

El vídeo de Repara enseña que «en realidad, las denuncias por posibles abusos ayudan a afrontar y prevenir que se produzcan este tipo de situaciones», y que «lo que realmente le perjudica a la Iglesia es el silenciamiento y la desconfianza respecto de las víctimas». Por lo tanto y rotundamente: «La denuncia ayuda».

El modelo de comportamiento para los cristianos es el del buen samaritano, que socorre generosamente a una víctima de agresores desconocidos. Si las víctimas lo son de personas consagradas, la obligación de reparar de los obispos es prioritaria. Jesús fue muy claro: «Deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda».