Recuperan en Corea del Sur restos de sus primeros mártires

Los cuerpos de tres de los primeros mártires católicos coreanos han sido recuperados en Wanju dos siglos después de sus muertes, ha revelado la diócesis de Jeonju, al sur de Seúl.

Los restos identificados han sido atribuidos a Paul Yun Ji-chung y a James Kwon Sang-yeon, decapitados en 1791, y al hermano menor de Yun, Francis Yun Ji-heon, quien fue descuartizado en 1801.

Sus reliquias fueron encontradas en el mes de marzo en Wanju, a las afueras de Jeonju, confirmándose que pertenecían a los mártires tras una investigación histórica y pruebas de ADN realizadas por la diócesis surcoreana.

«Este descubrimiento es un evento verdaderamente asombroso y monumental», ha dicho el obispo John Kim Son-tae, cabeza de la diócesis de Jeonju, en un comunicado.

«Nuestra Iglesia, que ha crecido sobre la base de la sangre derramada por los mártires, finalmente ha encontrado los restos de las personas que protagonizaron la historia del martirio en nuestra tierra», ha señalado.

Los mártires, que fueron beatificados por el Papa Francisco en su viaje al país asiático en 2014, forman parte de los primeros católicos asesinados por gobernantes coreanos que temían que la expansión del catolicismo socavara la influencia del confucianismo, la religión nacional.

Hasta la fecha solo se habían identificado restos de 27 de los 103 mártires canonizados por la Iglesia, y de 19 de los 124 mártires que han sido beatificados.

La diócesis ha revelado que los restos mostraban cortes hechos por un objeto afilado alrededor del cuello de Paul Yun Ji-chung y alrededor del cuello, la parte superior de los brazos y el fémur izquierdo de Francis Yun Ji-heon. No se han encontrado sin embargo heridas en los restos de James Kwon Sang-yeon, pero faltan partes de su cráneo y huesos del cuello.

Según la diócesis, Paul Yun Ji-chung y James Kwon Sang-yeon eran primos que juntos abandonaron los ritos ancestrales confucionistas y quemaron algunos elementos mortuorios. Cuando se supo esto, los dos huyeron para escapar del castigo, pero cuando uno de los tíos de Yun fue arrestado en su lugar, se entregaron a las autoridades.

Mientras lo llevaban al campo de ejecución, Yun se mostró alegre y compartió su fe con quienes lo rodeaban, cantando canciones en honor a Jesús y María hasta el momento en que la hoja cayó sobre su cuello.

Yun tenía 32 años y Kwon 40 cuando fueron decapitados frente a la puerta sur de Jeonju el 13 de noviembre de 1791. El joven Yun tenía 37 años en el momento de su ejecución, 10 años después.

La diócesis celebrará una misa en honor a los tres mártires el 16 de septiembre, cerca del sitio donde se encontraron sus restos.