Recién nacido y mártir: el último hijo de la familia Ulma recibió el bautismo de sangre
El Dicasterio para las Causas de los Santos explicó, en un comunicado, que el último de los Ulma, una familia martirizada en Polonia en 1944 y que será beatificada, «fue alumbrado en el momento del martirio de su madre» y que «en el martirio de sus padres recibió el bautismo de sangre»
El 10 de septiembre se celebrará en Markowa, Polonia, la beatificación de una familia completa: los Ulma. Fueron asesinados el 24 de marzo de 1944 por esconder en su casa a dos familias judías, los Szall y los Goldman, también asesinados aquel día. Algunas versiones de este episodio narraban que el séptimo hijo de los Ulma aún se encontraba en el vientre de su madre, Wittoria Ulma, en el momento de su asesinato y que era, por tanto, nonato y mártir. Pero desde el Vaticano han aclarado que la muerte del último hijo no sucedió exactamente así.
El Dicasterio para las Causas de los Santos emitió el 5 de septiembre un comunicado en el que detallaban que «este niño fue alumbrado en el momento del martirio de su madre». Es por ese motivo, explicaba el dicasterio, que se añadió este séptimo al número de hijos, mártires todos ellos. Y aunque el recién nacido no había sido todavía bautizado, el Vaticano lo considera cristiano porque «en el martirio de sus padres recibió el bautismo de sangre».
El bautismo de sangre está recogido en el artículo 1258 del Catecismo y reconoce como bautizados a aquellos que mueran a causa de proclamarse cristianos. «Quienes padecen la muerte por razón de la fe, sin haber recibido el bautismo, son bautizados por su muerte con Cristo y por Cristo». Se aplica también al último hijo de los Ulma, una familia católica que fue asesinada por actuar de forma acorde al Evangelio y acoger a sus vecinos perseguidos.
Existe además, aparte del de sangre y el sacramento del Bautismo como tal, el bautismo de deseo. Lo recoge el Código de Derecho Canónico en el artículo 865.2, que señala: «Puede ser bautizado un adulto que se encuentre en peligro de muerte si, teniendo algún conocimiento sobre las verdades principales de la fe, manifiesta de cualquier modo su intención de recibir el bautismo y promete que observará los mandamientos de la religión cristiana».