Rebeca Teijeiro, la joven que inspira a voluntarios de la DANA - Alfa y Omega

Rebeca Teijeiro, la joven que inspira a voluntarios de la DANA

Esta joven toledana falleció en 2022 a los pocos días de ser madre y hoy una fundación lleva su nombre. «Sus amigos queremos acabar la obra que empezó», dicen

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La joven Rebeca Teijeiro
La joven Rebeca Teijeiro. Foto cedida por la Fundación Rebeca Teijeiro.

Entre todos los grupos de voluntarios que han participado estos días en las labores de ayuda tras la DANA de Valencia hay uno de muy reciente formación, que nació tras la muerte de una amiga. Es la Fundación Rebeca Teijeiro, cuya misión es «transformar vidas a través de la educación, el voluntariado y la evangelización», al igual que lo hizo con su vida la chica que le da nombre. 

Rebeca Teijeiro nació el 20 de octubre de 1994 en Toledo, «y desde pequeña estuvo metida en la parroquia, campamentos y grupos de jóvenes, hasta que tras llegar a la universidad se alejó de Dios y fue por otros derroteros», afirma María Luisa Sánchez, responsable de comunicación de la fundación.  

Se metió en el mundo del culturismo mientras obtenía un reconocimiento profesional cada vez mayor, «pero sentía que le faltaba algo y de que no estaba bien», dice Sánchez. En su empresa había llegado a ascender y le iba muy bien, «pero quiso parar de golpe. Lo dejó todo cuando lo tenía todo: una posición asegurada, un novio… Sin embargo, no era feliz, y decidió dedicarle un año a Dios para ver qué quería de ella». 

Se tomó un año de discernimiento para ver qué hacer con su vida, y como de niña «siempre tuvo el gusanillo de ser misionera», se fue una Semana Santa a Guinea Ecuatorial, y luego estuvo varias veces en la selva de Perú, en la misión que la diócesis de Toledo tiene en Moyobamba

En casa, Rebeca siguió su labor de voluntaria en residencias de ancianos, y experimentó un hito en su vida cuando conoció las Horas Santas de Hakuna, convirtiéndose en la principal impulsora de esta realidad en su ciudad, hasta el punto de que hoy cuenta con cuatro a la semana.  

El 7 de agosto del 2021 contrajo matrimonio en la parroquia de Santa María de Benquerencia con César, su novio desde hacía ocho años, y al poco tiempo Rebeca se quedó embarazada. Su hijo César nació el 3 de julio del 2022, pero cinco días más tarde ella se despertó con un fuerte dolor de cabeza, y tras dar el pecho a su hijo, ingresó en urgencias, donde falleció ocho días más tarde tras una hemorragia cerebral. 

Ya en el tanatorio, donde sonaron con fuerza y unción las canciones de Hakuna, se vivió un ambiente de paz y oración que no ha pasado desapercibido, y desde su muerte se han sucedido los testimonios de personas a las que Rebeca ayudó y acercó al Señor en vida. 

«Después sus amigos decidimos acabar la obra que empezó», dice María Luisa, y así una fundación con su nombre cuyo objetivo final es levantar un colegio, «porque Rebeca estaba muy enfocada a la formación en valores», señala, algo que pasa por crear también una escuela de animación sociocultural con voluntarios especialmente formados en discapacidad.  

«No podíamos estar mano sobre mano»

«Este es nuestro momento, no podemos estar mano sobre mano», se dijeron los amigos de Rebeca cuando vieron los estragos causados por la DANA de Valencia. En tan solo unos días, organizaron tres grandes recogidas de material, movilizando a más de 70 voluntarios para llevar ayuda a los afectados por esta tragedia. Y para seguir apoyando esta labor, el próximo viernes 22 de noviembre, en los Lavaderos de Rojas, en Toledo, han organizado un concierto exclusivo a cargo de Hakuna Group Music Toledo, un evento diseñado para recaudar fondos que impulsen asimismo las futuras iniciativas de la fundación.