«Dios no pide a nadie cosas extraordinarias; nos pide, sencillamente, que cada uno hagamos lo que tenemos que hacer, porque, si no, se queda sin hacer»: ésta es una de las muchas frases geniales y prácticas del Secretario de Estado de san Pío X que fue el español cardenal Rafael Merry del Val. Parece increíble que Merry del Val, testigo excepcional de uno de los períodos más complejos de la historia de la Iglesia, la primera mitad del siglo XX, sea prácticamente desconocido entre los católicos españoles. A tratar de acabar con esta injusticia histórica dedica su último libro el sacerdote don Alberto José González Chaves, en la editorial San Pablo. La Causa de canonización del Siervo de Dios Rafael Merry del Val hace tiempo que está en marcha, y ahora se cumplen 75 años de la muerte de este egregio español; por eso, resulta tan oportuna la publicación de esta espléndida biografía, que monseñor Justo Mullor, Presidente de la Academia Pontifica Eclesiástica, cierra con un sentido epílogo. En él, califica este libro como «un expresivo retrato espiritual»; y recuerda que las Letanías de la humildad que escribió Merry del Val «reflejan el nervio de su alta espiritualidad». San Pío X lo tuvo como su imprescindible hombre de confianza, tanto al frente de la formación de los diplomáticos de la Santa Sede, como en la dirección de su Secretaría de Estado. Iba siendo hora de que al cardenal Merry del Val se le empezara a conocer y a reconocer. Han hecho falta 75 años desde su muerte para este homenaje a uno de los mentores del Colegio Español en Roma y uno de los más fieles servidores de la Iglesia.