Quo vadis, Aida? A los 25 años de la masacre de Srebrenica - Alfa y Omega

Quo vadis, Aida? A los 25 años de la masacre de Srebrenica

Juan Orellana
Aida (Jasna Djuricic) ejerce de intérprete de los cascos azules durante la matanza en el pueblo bosnio. Foto: Vercine

La guerra de Bosnia (1992-1995) es uno de los conflictos armados más terribles que ha habido en Europa desde el final de la Guerra Fría. En el cine ha habido un modesto, pero interesante reflejo de la guerra de los Balcanes o sus consecuencias, en películas como En tierra de nadie (D. Tanovic, 2001), Grbavica (J. Zbanic, 2006), Bienvenidos a Sarajevo (M. Winterbottom, 1997), En tierra de sangre y miel (A. Jolie, 2011) o en las españolas Un día perfecto (F. León, 2015), La vida secreta de las palabras (I. Coixet, 2005) o Territorio comanche (G. Herrero, 1997). Ahora se estrena en España Quo vadis, Aida?, una coproducción bosnia escrita y dirigida en 2020 por la directora Jasmila Zbanic, que ya había tocado el drama de su país en películas anteriores.

El argumento se centra en los días preliminares a la masacre genocida de Srebrenica, un pueblo de montaña situado muy al este de Bosnia, cerca de la frontera con Serbia. Se trataba de un pueblo de mayoría musulmana que en 1995 estaba bajo la protección de tropas holandesas de la ONU. Sin embargo, en julio de ese año, las tropas del general serbobosnio Ratko Mladic entraron en el pueblo ante la mirada impotente de los cascos azules, que no se atrevieron a hacer nada más que a acoger a varios miles de ciudadanos en su cuartel, mientras otros tantos pedían ayuda al otro lado de las verjas.

La protagonista del filme, Aida (Jasna Djuricic), es una mujer de Srebrenica que ha sido contratada por los cascos azules como intérprete. Ella está a salvo al ser personal de la ONU, pero su marido y sus dos hijos están fuera de la verja. Aida va a dedicar toda su energía a tratar de salvarlos y protegerlos, pero la pasividad –o cobardía– de los holandeses y la firme decisión del general Mladic (Boris Isakovic) de quedarse con Srebrenica y expulsar a sus habitantes, va a ponérselo muy difícil.

La película, rodada con fuerza, es el retrato de una madre coraje en el marco de una guerra nacionalista, racista y genocida. A pesar de su indudable dureza, la directora nos ahorra las imágenes de aquel exterminio en el que fueron asesinados unos 8.000 varones, entre adultos y niños. Las mujeres fueron expulsadas o violadas. Pero Aida es sobre todo un símbolo, el reflejo de tantas madres que vieron morir injustamente a sus maridos e hijos, y por tanto es también una llamada de atención, a los 25 años de la matanza, sobre el peligro de los nacionalismos, que para afirmarse a sí mismos deben negar al otro. Los planos finales muestran la gran humanidad que se precisa, una vez firmada la paz, para convivir con tus verdugos sin volver a encender la chispa del odio. La puesta en escena es de un realismo cercano al documental, apoyada por unas interpretaciones directas, secas, llenas de autenticidad, que no necesitan recurrir a exageraciones melodramáticas para conmover.

La película ha estado nominada al Óscar a la mejor cinta internacional y fue muy bien recibida en los festivales de Venecia y Sevilla.

Quo Vadis, Aida?
Director:

Jasmila Zbanic

País:

Bosnia y Herzegovina

Año:

2020

Género:

Drama

Público:

Pendiente de calificación