«Quiero saber qué defiende el PP para cooperar o irme»
Los compromisarios públicamente provida en el congreso del PP son una decena entre 3.000. Sus enmiendas exigen al partido claridad sobre el aborto y los vientres de alquiler
Cuando el Gobierno de Mariano Rajoy retiró en 2014 su proyecto de reforma de la ley Aído, la entonces diputada popular Lourdes Méndez dijo a este semanario que para cambiar su identidad, el PP tendría que esperar a su próximo congreso. Pues bien, este fin de semana, el partido celebra su 18º congreso nacional. Pero nada más lejos de la intención de la cúpula del partido que hacer que el encuentro se perciba como un debate entre el sector conservador y el resto de corrientes de la formación.
Durante los últimos días y hasta el cierre de esta edición, se han sucedido las negociaciones y varios acuerdos sobre ayudas a la familia, así como un pacto para que los representantes populares puedan votar en conciencia en cuestiones éticas. Luis Peral, diputado autonómico en Madrid hasta su renuncia en diciembre por motivos familiares, explica que esta transacción permitirá que «más parlamentarios que ahora» voten en defensa de la vida aunque el partido promueva lo contrario. «Hay compañeros que se sienten condicionados por la posición oficial. Algunos lo pasaron muy mal votando, en contra de su conciencia», a favor de los vientres de alquiler –en la Asamblea de Madrid– o de consagrar el aborto como un derecho con la minirreforma de 2015.
Mucho menos debate en el partido ha provocado la política hacia los inmigrantes y refugiados. Algunas actuaciones del Gobierno en los últimos años, como las devoluciones en caliente, han sido duramente criticadas por la Iglesia.
«Posturas irreconciliables»
En algunas materias, dentro del PP hay «posturas irreconciliables –afirma Méndez Monasterio–. Es incompatible defender la vida y el derecho al aborto, la libertad y la imposición de la ideología de género». De estas cuestiones, el debate se ha centrado en la legalización de los vientres de alquiler. No figuraba en la ponencia social elaborada por Javier Maroto, pero se han presentado enmiendas en contra, y a favor. Estas últimas, con el apoyo de barones como Cristina Cifuentes (Madrid), Alberto Núñez Feijoo (Galicia) o Juan Manuel Moreno (Andalucía).
El apoyo a las enmiendas provida y profamilia, en cambio, es magro: con 3.000 compromisarios, tal vez sumen una decena de firmantes. Muchos de ellos, como Méndez, Javier Puente, Eva Durán o José Luis Sastre, fueron excluidos de las listas en las elecciones de 2015. «Cuando votamos contra el aborto, ya sabíamos que nos íbamos a quedar fuera», recuerda el cántabro Puente. Sobre este fin de semana, explica que «la mayoría de los compromisarios son cargos orgánicos del partido», y lo previsible es que la mayoría «defiendan lo que dicen desde la cúpula», que es donde «se hacen las listas».
El aparato del partido ha intentado soslayar el debate sobre los vientres de alquiler alegando que el congreso del partido no es «el foro más adecuado», en palabras del vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado. Para Méndez, esta indefinición «es inadmisible. Se hurta a los compromisarios el decidir la posición del partido en un tema tan importante; y se da carta de naturaleza a su aprobación». Dejarlo estar es «delegar en algunos cargos públicos» que «ya se han pronunciado a favor» y, a la larga, permitir que salga adelante.
Carta de naturaleza
La dirección del PP no quiere perder apoyos por ningún flanco. Pero «un proyecto político tiene que optar –insiste Méndez–, no puede tener una engañosa neutralidad en aras de la pluralidad. Para mí, la confusión es peor que una decisión en contra» de la vida o la dignidad de la mujer. «Quiero saber qué defiende mi partido, para cooperar con él o irme a mi casa».
En la misma situación está Puente: Si el partido quiere ser «intercambiable por cualquier otro», «me sería muy difícil seguir apoyándolo y defendiendo sus siglas. Sería uno de esos miles de personas que se sienten huérfanas de representación. Sigo teniendo ilusión» por la política, afirma, aunque no sabe si la realizará «dentro o fuera del partido»; tal vez en alguna asociación en defensa de la vida, como antes de afiliarse. Tampoco descarta «dar un paso adelante y crear un partido», aunque Méndez reconoce que «no es fácil» articular hoy un proyecto completo y atractivo.
Una semana antes del congreso del PP, Ciudadanos celebró su IV asamblea general. Una de las decisiones más llamativas que tomó fue sustituir en su ideario el termino «laico» por «aconfesional», el mismo que figura en el artículo 16 de la Constitución. Fuentes del partido han explicado que con esta decisión se pretende evitar la toma de postura en el debate religioso.
Por otro lado, esta semana la formación naranja ha aprovechado el debate interno en el PP sobre la llamada maternidad subrogada para marcar distancias con los populares celebrando un acto a favor de la legalización de esta práctica.