¿Quiénes eran los Reyes Magos?
Ellos fueron los primeros no judíos en creer en Jesús, cuando todavía era un niño pequeño. Creyeron porque se fiaron de Dios, que les habló por medio de una estrella
Esta noche es una de las más importantes del año, y toca acostarse pronto porque ¡vienen los Reyes Magos! ¿Qué sabemos de estos misteriosos personajes que atravesaron el desierto en busca del Niño Jesús?
En realidad, muy poco. El Evangelio casi no dice nada de ellos, y hay muchos detalles (que eran tres, sus nombres, o llamarlos reyes) que nos han llegado por relatos posteriores. Además, no siempre entendemos bien lo que sí sabemos. Por ejemplo, que fueran magos no quiere decir que hicieran magia o fueran hechiceros.
Llegaron desde Irán
El Oriente del que habla el Evangelio era Persia (lo que hoy es Irán y parte de Irak). En esa zona, la religión era el zoroastrismo o mazdeísmo, y «los magos eran una tribu a la que pertenecían los sacerdotes. Aunque en la época de Jesús esa palabra se refería en general a los profesionales de la astrología» y la astronomía. Nos lo explica Hipólito Sanchiz, profesor de Historia Antigua de la Universidad CEU San Pablo.
Hoy no es lo mismo ser astrónomo que astrólogo. La astronomía estudia científicamente los astros (estrellas, planetas…), mientras que los astrólogos no son científicos y dicen que pueden adivinar cosas por el movimiento de los astros en el cielo. Pero en Persia, estos dos conocimientos estaban mezclados. De hecho, los signos del zodiaco de los que se habla hoy son de esa época. Entre estos astrónomos persas, «pudo haber alguno que viniera de Etiopía, en África, o de la India», y que es el que identificamos con Baltasar.
No eran reyes como los que conocemos ahora, pero su oficio –nos cuenta también Hipólito– «era muy importante», porque lo que ellos decían sobre las estrellas «influía en muchas decisiones, también políticas». «El hecho de que personas así se pusieran en camino hasta Israel por ver una estrella» es muy llamativo, y nos dice que realmente pensaron que lo que anunciaba esa estrella era especial.
Una estrella especial
Aunque, en realidad, lo que vieron no fue una estrella. Un astrónomo alemán del siglo XVII, Johannes Kepler, descubrió que cuando nació Jesús «los planetas Júpiter –que simboliza la realeza– y Saturno –que simboliza al pueblo de Israel–» se juntaron tres veces distintas en la zona del cielo de Piscis, «que se relacionaba con el cambio». Desde la Tierra, estos dos planetas juntos tenían el aspecto de una estrella muy brillante. «Se han encontrado escritos de la época que hablan de ella».
Entre todas las personas que vieron esa estrella, estaban los Magos, que buscaban de verdad a Dios, y Él se sirvió de estas cosas que ellos creían para comunicarles «que iba a nacer un rey en Israel y que iba a cambiarlo todo», explica Hipólito. También les dio la luz para entender más cosas sobre Jesús que no estaban incluidas en la aparición de la estrella. Por ejemplo, que además de rey era Dios, y que iba a sufrir y morir por nosotros. Los regalos que le llevaron, y que nos cuenta el Evangelio, son símbolos de esto: oro por ser rey, incienso por ser Dios, y mirra, que era un remedio para el dolor y se usaba para embalsamar a los muertos, porque iba a sufrir y morir.
Un pequeño error
Pero se equivocaron en una cosa: pensaron que el nuevo rey de los judíos estaría en el palacio del rey Herodes, y por eso fueron primero allí. ¡Cómo iban a imaginar ellos que había nacido en un portal! A pesar de este pequeño error, los Magos han pasado a la historia por ser los primeros no judíos en creer en Jesús. Por esa fe y el amor con el que le llevaron sus regalos, Dios les concedió el poder de seguir haciendo felices a los niños de todo el mundo.