Qué esperar (y qué no) del Sínodo
Arranca en Roma la fase universal del Sínodo, una reunión sobre la que algunas voces prevén debates acalorados. Pero sus organizadores insisten en que «lo importante es el discernimiento y llegar al consenso»
«La Iglesia es una, santa, católica, apostólica y sinodal», afirma a Alfa y Omega Fernando Cordero, miembro de la Comisión de Comunicación del Sínodo, que del 4 al 29 de octubre celebra en Roma su primera Asamblea General sobre el tema Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Esa palabra, «sinodal», viene del griego y «etimológicamente significa “caminar juntos”». Según este religioso español de los Sagrados Corazones, es consustancial a la Iglesia. «Este rasgo se vivió mucho en el primer milenio, pero se fue perdiendo hasta el Vaticano II. Entonces, a través de Pablo VI, se iniciaron los Sínodos de los Obispos», recuerda. Ahora, 58 años después, por primera vez podrán votar en él laicos y 54 mujeres. Desde la Comisión de Comunicación insisten en que no se tomará ninguna decisión que no sea compartida por todos y que la prioridad es enseñar a los católicos a reunirse «para ir cogiendo músculo y vivir desde una Iglesia mucho más fuerte y entregada a la acción del Espíritu Santo».
Cordero pide sentido común a quienes vaticinan una ruptura con la tradición de la Iglesia. «Hay un miedo a que la gente cambie cosas y eso pueda desestabilizarnos; como si en 21 siglos de historia de la Iglesia no hubiera habido cambios», apunta. Recalca que la Iglesia está formada por humanos «y vamos caminando con la historia». Eso, matiza «no significa casarse con los planteamientos del mundo». Pero aclara que «la tradición no es el depósito de un museo, sino que está viva y se expresa en el pueblo santo de Dios». Añade que, aunque el instrumentum laboris (el libro de instrucciones para las reuniones), incluye preguntas sobre pastoral con personas LGTB o diaconado femenino, eso no implica la toma de decisiones contrarias a la doctrina. «Lo que se ha hecho es no censurar los temas que ha puesto sobre la mesa el pueblo de Dios. Ahora se van a ir trabajando desde la conversación espiritual y, cuando esta fase termine, se volverán a hablar». En cualquier caso, la reunión es consultiva y no vinculante.
Leopoldina Reis Simões, laica, portuguesa y también miembro de la Comisión de Comunicación del Sínodo, asume que en las primeras fases de esta reunión habrá desacuerdos. «A pesar de recibir un mismo bautismo, los creyentes viven y expresan su fe de distintas maneras y la asamblea tiene esta riqueza de diferencias en sus miembros participantes, incluidos teólogos y expertos». «En lugar de ver esto como algo negativo, lo veo como algo bueno», opina.
Por su parte, el religioso recupera un mensaje en el que insiste el Papa Francisco: «El Sínodo no es un parlamento, sino abrirse al Espíritu Santo». Pide abandonar la expectativa de ver pulsos entre posturas. «El objetivo no es que la Iglesia se asemeje a la sociedad, donde se compite por ver quién es presidente». Aunque en octubre de 2024 se votará un documento final con conclusiones, aclara que «la idea no es que con los votos alcancemos lo que cada uno queremos, sino que a través de esos procesos nos dejemos transformar para lo importante, que es cómo la Iglesia debe realizar su misión». «Lo fundamental no son los votos sino el discernimiento y llegar al consenso».
Precisamente con este objetivo, cualquier intervención en los círculos menores, es decir, en los grupos de ocho o diez personas agrupadas por temáticas e idiomas, irá precedida por la oración y el silencio. Además, los participantes en el Sínodo realizaron un retiro espiritual del 30 de septiembre al 3 de octubre en Sacrofano, a 50 kilómetros de Roma, para llegar a la asamblea iluminados por la oración. «Es fundamental saber que estamos abiertos a la acción del Espíritu Santo, que puede renovar la mente y los corazones, y no buscar nuestra voluntad sino la voluntad de Dios», subraya Fernando Cordero, quien añade: «Si yo fuera un ideólogo, lo que necesito no es rezar, sino pelearme con todo el mundo para que salga mi idea. Pero la actitud que tenemos todos es más espiritual».
Por su parte, Leopoldina Reis Simões recuerda que en la vigilia ecuménica Together celebrada en la plaza de San Pedro, inmediatamente antes del retiro en Sacrofano, «el Papa Francisco pidió que el Sínodo sea un kairós (tiempo de Dios) de fraternidad, un lugar donde el Espíritu Santo purifique a la Iglesia de habladurías, ideologías y polarizaciones».
- 1965: Pablo VI recupera los Sínodos de Obispos con el motu proprio Apostolica sollicitudo.
- 2019: Sínodo sobre la Amazonia del 6 al 27 de octubre. También votan superiores de congregaciones.
- 2021: El 10 de octubre el Papa abre el Sínodo sobre la sinodalidad con una Misa en la basílica de San Pedro.
- 2022: El 15 de agosto concluye la fase diocesana del Sínodo, en la que las parroquias comparten sus ideas.
- 2023: Arranca el 4 de octubre la fase universal del Sínodo en Roma.
- 2024: En octubre se celebrará una segunda Asamblea General, donde se votará el documento definitivo.